«Trabajos de arqueología de rescate en H. Yrigoyen 979/985»
El artículo titulado «Trabajos de arqueología de rescate en H. Yrigoyen 979 / 985» ha sido realizado en el mes de abril del año 2000 por Daniel Schávelzon y quienes participaron de los trabajos de rescate en dicho predio, como Mario Silveira, Guillemo Paez, Norma Pérez, Marina Ojero, Patricia Frazzi, Verónica Rinaldi y Alicia Marzzoratti. Este ha sido un trabajo conjunto entre el Centro de Arqueología Urbana (IAA-FADU-UBA) y el Instituto Histórico de la Secretaría de Cultura, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Este trabajo de rescate arqueológico se realizó por iniciativa del arquitecto Horacio Redini, quien se puso en contacto con el Centro de Arqueología Urbana y con el Instituto Histórico del GCBA, para obtener información acerca del edificio preexistente que hubo en el lote donde se estaba llevando a cabo una obra nueva bajo su dirección. La intención preliminar era que, durante la excavación con maquinaria pesada para hacer los cimientos de la nueva obra, se tratara de obtener la mayor cantidad de información histórica posible sobre el sitio a la vez que rescatar los materiales que pudieran hallarse y que fueran de interés para la arqueología de la ciudad. Nuestra propuesta sumó a esa idea la observación y estudio de construcciones subterráneas, el estudio del edificio lindero propiedad de la misma empresa y una reconstrucción del proceso de cambio del predio, dada su ubicación en una zona que vivió la apertura de a Avenida de Mayo. Queremos destacar lo loable de esta acción.
La excavación del terreno fue realizada, como dijimos, con maquinaria de grandes dimensiones y en muy pocos días, lo que dejó poco tiempo para el rescate arqueológico ya que lo encontrado superó con creces nuestras mayores expectativas, además que llovió copiosamente casi todos los días. Pese a eso fue posible hacer algunas observaciones de interés que se fueron complementando con la búsqueda de información documental y el estudio de los materiales. Se trató de una de las operaciones más complejas de rescate que hemos hecho en la ciudad, tanto por el movimiento de maquinaria en el sitio a lo que se sumó el poco tiempo disponible, por la gran cantidad de objetos existentes que no se pudo rescatar, en especial los de tamaños menores, perdiéndose así una gran parte –calculamos que quedó enterrado un 50 % del total-, precio que hay que pagar a cambio de recuperar la otra mitad.
Historia del terreno
El terreno en cuestión ha tenido una historia larga y compleja en especial durante el siglo XIX, debido a la apertura de la Avenida de Mayo que lo afectó en buena medida. Sabemos que el lote estaba compartido entre cuatro casas en 1862 tal como lo explicita el catastro de Pedro Beare; en el plano se observa que este terreno estrecho y largo de 14,5 por 72,5 varas, estaba dividido al medio por un muro. Habían dos hileras de construcciones formando cuatro patios, con típicas casas-chorizo en dos niveles de altura, todo hecho con ladrillos. Debían ser casas hechas hacia 1820 o 1830 o aun más tarde por la tipología edilicia tan bien definida. La propietaria era la señora Eleanor Castro.
Cuando se decidió abrir la avenida de Mayo en 1888 el municipio expropió los terrenos y los volvió a lotear y vender, afectando en sus dimensiones lo menos posible lo preexistente. En el Catastro de ese año el terreno aparece como propiedad de Jacinta Goya aunque ya un poco más corto que en origen. La esquina de la avenida con la calle del Buen Orden, actual Bernardo de Yrigoyen, era de Manuel Ponce; allí se construiría el Hotel Eslava cuya historia quedaría unida a la de este lote hasta la actualidad (actualmente Avenida de Mayo 984/1000).
El lote actual mide 32.30 metros de largo y 13.30 metros de ancho de fachada. La estructura de ese momento es casi idéntica a la que aún permanece y que se ve en las fichas catastrales hasta la actualidad.
Es posible que el terreno, una vez desafectado y reducido, haya sido adquirido por el matrimonio de Juana y Juan Gregorini -que también compraron la esquina noroeste de la manzana-, quienes procedieron a construir una casa que sabemos ya existía en 1895 cuando se le dio el servicio de agua corriente. Un plano de instalaciones fechado para 1903 nos indica que se trataba de una casa con negocio en planta baja, un gran sótano y una casa de dos pisos encima. Era una construcción de tipo habitual en la ciudad, de pocos méritos arquitectónicos, e incluso modesta. Permaneció en manos de esa familia al igual que el Hotel Eslava que se construyó sobre Avenida de Mayo, hasta el año 1994. El lote que estamos analizando mantuvo su arquitectura al parecer sin grandes cambios, salvo modificaciones en los baños y en el sector que se unía al hotel anexo, hasta que un derrumbe produjo el abandono del sitio hacia 1960, en que quedó lleno de escombros. Poco más tarde sería retirado el escombro del derrumbe y parcialmente alisado para hacer una playa de estacionamiento que ocupó gran parte del terreno.
Las construcciones subterráneas
El terreno se hallaron ocho pozos o construcciones subterráneas antiguas diferentes, cuatro de tipo pozo ciego, un pozo de agua y tres aljibes. Pueden verse en el plano numerados de 1 al 8.
Pozo 1 (Cisterna de aljibe)
Esta fue la construcción mas compleja del sitio y posiblemente la más antigua. Era una típica cisterna de aljibe de forma cilíndrica y cubierta por bóveda, de 1.90 metros de diámetro. Había sido construida de ladrillos revocados con cal. La bóveda fue destruida el primer día de los trabajos de la obra al hundirse por el peso de una grúa mecánica; el colapso se debió a que ya presentaba una rotura longitudinal producida por un viejo caño de hierro fundido para agua, colocado después que quedó fuera de uso a finales del siglo XIX. Estaba parcialmente vacía aunque desde el momento de su hundimiento se llenó del escombro de la bóveda y los rellenos superiores, lo que hizo imposible que se la excavara y estudiara totalmente. Sólo se tuvo tiempo para excavar hasta 3.50 metros de profundidad, tal como muestran las fotos, para definir su diámetro. Los ladrillos utilizados eran de 30 x 15 x 4 cm. Entre la bóveda y el nivel del piso del terreno habían 80 cm. Tenía dos bocas rectangulares de sendos albañales hechos con ladrillo y baldosas francesas del Havre ubicadas a 1.95 metros de profundidad; pudo haber tenido otras dos ubicadas simétricamente pero fue imposible saberlo ya que el derrumbe produjo la destrucción completa de ese sector antes de poder siquiera verlo. Estas bocas habían sido selladas antiguamente usando maderas, ladrillos fragmentados y tierra aunque dejando la cisterna vacía,, lo que es poco habitual en la ciudad. Esta debió pertenecer a la casa de Eleanor Castro y bien puede coincidir con el fechamiento de 1820/30 que dimos para esa obra.
Los materiales excavados en su interior eran resultado del derrumbe de la bóveda y la tierra de encima, que arrastró objetos del siglo XX y unos pocos del siglo XIX tardío; si bien es factible que alguno de estos haya estado ya en el interior las condiciones del trabajo hacen imposible saberlo.
Pozo 2 (Cisterna de aljibe)
Esta otra cisterna de 2.30 metros de diámetro, revocada en cemento y ligeramente más moderna que la precedente, estaba ubicada a mayor profundidad, teniendo en total 3.30 metros en total de fondo. Lo interesante es que su boca de entrada estaba en un nivel más bajo, es decir que se accedía desde el sótano y no de la planta baja como era el otro caso. Es decir que correspondería a la casa que se levantó allí después de la apertura de la avenida de Mayo para la familia Gregorini. Por cierto si ese fue el caso debió estar muy poco tiempo en uso. Lamentablemente la destrucción fue muy acelerada ya que al descubrirla la maquinaria misma derrumbó la bóveda; después de retirar ese escombro en el interior sólo había un sedimento de color negro en la parte inferior, cubriendo en una capa de 75 cm de altura el piso de baldosas francesas de Marsella. No hubo evidencias de los albañales que debieron estar justo debajo de la bóveda. Esta cisterna tampoco fue cegada como legalmente se exigía y los materiales hallados en su interior indican que esos objetos entraron lentamente desde caños cloacales rotos o algún desague antiguo nunca cancelado.
Pozo 3 (Cisterna de aljibe)
Se descubrió cuando la maquinaria lo cortó por la mitad de su altura, produciendo el colapso casi total; fue limpiado de escombro hasta su base pero el deterioro era total. Medía de diámetro interior 2.80 metros, las paredes eran de ladrillos revocados, el piso de baldosas francesas del Havre y terminaba a 6.15 metros del nivel actual del terreno. Por sus características es posible que haya pertenecido también a la casa Castro. Su contenido era muy poco por cierto y del siglo XX temprano.
Pozo 4
Este fue un pozo descubierto el primer día pero que fue vuelto a cerrar porque la maquinaria debía pasar por ahí al estar en el centro del primer área de trabajo de la empresa. Era un pozo ciego excavado en la tierra, de 90 cm de diámetro y con el fondo a 8.60 metros del nivel del terreno moderno. Su interior estaba totalmente vacío; la parte superior estaba cerrada mediante una tapa hecha con maderas clavadas. No había rastros de bovedilla de ladrillos. Tenía en su interior materiales mezclados por la obra, incluyendo los del siglo XX, otros de la construcción y demolición de las casas del siglo XIX tardío, y lógicamente un conjunto de objetos de la vida doméstica: veinte fragmentos de loza de vajillas y bacinicas, treinta y tres fragmentos porcelana, platos anular y tazas, manija (uno con inscripción: LIMOGES/ W. G. & Co./ FRANCE), una pipa, bolitas de los niños, un lápiz de pizarra, cinco botones (uno madera, tres de vidrio y uno de nacar) y un pico de cerveza de gres. De vidrio hubo restos de vasos, copas, frascos de perfumería (RRR/ REDWAY & Co./ NEW YORK) y de medicina. Y muchísimo vidrio muy reciente, o cuyo fechamiento no va más atrás de la década de 1940-50.
Pozo 5
Esta construcción fue cortada por la mitad por la maquinaria, pese a eso pudo ser observada con cierto detenimiento ya que quedaba entre dos bases de cimentación. Debió tratarse de un pozo de balde, de casi un metro de diámetro, que descendía a la primera napa ya que estaba totalmente cubierto de ladrillo, al menos hasta donde pudo ser observado desde los tres metros de profundidad hacia abajo. Es decir, tuvimos ante nosotros una parte intermedia del pozo.
Estaba construido con medios ladrillos y el fechamiento lo podemos establecer para los inicios del siglo XIX. Coincidiría con la cronología de la casa Castro. El estado y la rapidez de su destrucción permitió únicamente limpiar su parte superior, unos 3.40 metros, recuperar los materiales del interior de ese sector y fotografiarlo. Estaba totalmente cegado con tierra y escombro, y al completar el rellenado le colocaron varias tablas cruzadas. Las paredes aun conservaban los escalones sobre las paredes, hechos por quienes lo construyeron. La bóveda, ya destruida aunque había un relicto sobre la pared, mostraba evidencias de iniciarse a sólo 30 cm de profundidad del piso moderno.
Pozo 6
Era un pozo ciego cubierto por una bovedilla de ladrillo y cal de forma habitual, instalado debajo del piso del sótano de la casa Gregorini, midiendo 1.10 metros de diámetro interno. Estaba excavado en la tosca sin protección alguna. Sólo quedaba el final del pozo.
Pozo 7
Se trata de otro posible pozo ciego aunque de dimensiones inusitadas para la ciudad ya que medía 1.80 m de diámetro interno. El fondo estaba a 1.89 m de profundidad; dado que el hallazgo se hizo al ser cortado por la maquinaria, la que destruyó toda la parte superior, no pudo observarse si había bovedilla superior o evidencias de su uso como cisterna de aljibe.
Pozo 8
Pozo también hallado en el primer momento y que por su posición en el sitio de paso de la maquinaria pesada, debió ser cubierto de inmediato tras ser medido y fotografiado. Se trataba de un pozo ciego excavado en la tosca, con restos de una posible bovedilla de 1.05 metros de diámetro interno; estaba totalmente vacío aunque la rotura por la máquina lo rellenó no pudiendo medir su profundidad.
Pozo 9
Descubierto al completarse la excavación con la maquinaria, sólo se pudo encontrar el fondo del pozo e incluía un relleno de escombro de demolición de ladrillos, tejas, cal y tierra proveniente al parecer de la primera casa. En el tramo estudiado no había cerámicas ni otros materiales; tenía 90 cm de diámetro.
Pozo 10
Fue el pozo que mayor cantidad de material entregó, encontrado tras ser descabezado en unos dos metros. Se trabajó con gran celeridad -pocas horas- y pese a eso se logró recuperar 1300 objetos, muchos de ellos completos o casi completos. Se trataba de un típico pozo de basura, con gran cantidad de material óseo, cerámicas, vidrios y lo que se describe más adelante. Medía 95 cm. de diámetro y 5.50 metros de profundidad. El material hallado es mucha loza Creamware, menor cantidad de Pearlware y mínimo de Whiteware; todos los vidrios menos uno son del inicio del siglo XIX lo que coincide claramente con los otros materiales hallados. Pareciera coincidir con la Casa Castro por su ubicación y cronología.
La loza ha sido un conjunto realmente imponente en su calidad y cantidad, pese a no haberse rescatado la totalidad del contenido, como ya se ha descrito, habiendo un total de 933 fragmentos de los cuales 719 son Creamware, 113 son Pearlware y 101 Whiteware. La mayor parte, un total de 668 fragmentos, corresponde a loza Creamware blanca lisa, hay 23 fragmentos de loza Creamware de Borde Decorado (verde quince, azul doce; corresponden a una fuente, una sopera y platos), también hay 23 del mismo tipo pero con decoración impresa y al menos una marca “SPODE-15”.
También se hallaron algunas porcelanas incluyendo una figura humana y una jarra (en total tres fragmentos), dos fragmentos de un tintero de mayólica, ochenta y ocho fragmentos de cerámicas del tipo Utilitario y otros nueve no identificados; veintiún de Verde sobre Amarillo de Pasta Blanca, quince Rey y un único fragmento de gres de ginebra.
Entre los objetos domésticos hubo tres pipas de caolín cuchillo, varios fragmentos de una cantimplora de cobre y también diversos materiales de construcción.
El material vítreo resultó interesante por lo temprano de su fechamiento ya que casi todo el vidrio de botella es homogéneo para ca. 1800-1820, salvo una botella entera fechable hacia 1880. De ginebra hubo 17 fragmentos con 1 pico, 2 bases. Se hallaron 159 fragmentos de colores negro-verde de botellas de vino, que incluían 16 bases negras inglesas, cuatro bases francesas, nueve picos ingleses, tres picos de Francia, dos botellas completas inglesas, una base francesas pequeña; todo es soplado con marca de pontil algunos de ellos borrados con calor; una única marca, LA ROSE, en vidrio francés. Hubo también un perfumero verde-agua delgado, 61 fragmentos de vidrio transparente de 14 bases de vasos (dos de ondas finas y una grueso, único no soplado y posiblemente para cerveza con manija), tres copas, un borde de vaso decorado amolado, cuatro de jarrón amolado fino. Asimismo hubo 22 verde claro de una botella de perfume en un botellón base cuadrada y un único fragmento verde-amarillento, muy fino, colonial.
La secuencia estratigráfica de la formación del lugar
Lamentablemente no pudo observarse una secuencia estratigráfica muy detallada por la rápida destrucción del piso (previa a nuestra llegada al sitio); en los rincones y lugares no tocados se apreciaba que la construcción del último estacionamiento construido había modificado los pisos originales, incluso rebajando el nivel original en algunos sectores, prueba de ello son las bovedillas de las cisternas que quedaron casi a ras del suelo. Las mejores evidencias de secuencias constructivas y de uso se obtuvieron en el rincón noroeste del predio, donde se ve un nivel de baldosas cerámicas francesas muy deterioradas cubiertas por un nivel de mosaicos nacionales y luego el cemento moderno. Si coinciden o no con las tres etapas constructivas que hemos descrito para los siglos XIX y XX no lo sabemos, aunque es muy probable.
No hubo evidencia alguna de uso del terreno en fechas anteriores, ni por los materiales recobrados ni de tipo constructivo, lo que es extraño. Le atribuimos esto al nivelamiento artificial hecho en el terreno para la construcción de la Casa Gregorini hacia 1900, o a los grandes cambios introducidos por la apertura dela avenida de Mayo y la redistribución de los lotes; en otros sitios de la ciudad hemos comprobado que operaciones de esta naturaleza implicaban nivelar los terrenos que antiguamente tenían pequeños desniveles. El único ejemplo que queda en la zona, aunque un poco lejano, es el Cabildo, que entre Avenida de Mayo e Hipólito Yrigoyen tiene más de un metro y medio de diferencia de nivel en el patio.
Conclusiones sobre el análisis de los materiales
Es casi imposible sacar ningún tipo de conclusión sobre este material ya que proviene de una recolección hecha sin buen control arqueológico durante las obras de cimentación. Unicamente podemos destacar algunos aspectos sobre la cronología de los objetos:
1) Existe un grupo de objetos que parecen coincidir todos para inicios del siglo XIX en especial en el pozo 4, aunque también los hay en el pozo 1
2) Mayor concentración hay de materiales de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, habiendo luego objetos de todo ese siglo hasta la actualidad
3) Los materiales más antiguos se agrupan en gres de botellas de cerveza, loza blanca impresa o decorada, porcelana francesa con marca Limoges, vidrio negro inglés, baldosas francesas y mosaicos de Inglaterra, un frasco de perfume Lubin y otro de agua colonia de Redway de Estados Unidos (ambos para ca. 1900), vasos amolados con figuras, botones de vidrio hechos por soplado, una pipa de caolín y un lápiz de pizarra.
En forma sintética podríamos pensar en que se trataba de una gran casa en donde lo hallado corresponde a basura tanto arrojada como caída dentro de sus cisternas a lo largo de todo el siglo XIX . En el Pozo 4 es evidente el alto proceso de alteración de los materiales de vidrio que tienen un fuerte color negro, aunque eran transparentes en origen, lo que coincide con el barro nauseabundo que había en el fondo de ese pozo, el que parece haber sido usado como receptor cloacal al quedar fuera de uso como cisterna de aljibe.
Conclusiones generales
Si bien es aún necesario conocer con exactitud la historia más antigua del lugar sabemos que el terreno no muestra indicio alguno de ocupación realmente antigua. Es más, si no fuera por la información documental ni siquiera sabríamos acerca de lo sucedido antes del inicio del siglo XIX. Esto nos lleva a suponer que la apertura de la Avenida o la construcción de alguna de las casas -la Castro o la Gregorini- nivelaron el terreno bajando su nivel tanto que nada quedó de ocupaciones anteriores. Esto no es único en la ciudad, pero sí es raro, ya que la tendencia era a rellenar y no a rebajar, por simples problemas de esfuerzo y de desagues.
La casa Castro fue un típico edificio de altos construido para ser alquilado, constaba de dos «casas chorizo» enfrentadas entre sí con cuatro patios en línea. Las cisternas eran de calidad para su tiempo, con su sistema de albañales; es posible que algunos pocos materiales recuperados en su interior y ya descritos hayan sido contemporáneos y usados y descartados en esos años. Pero la nueva casa Gregorini a fines del siglo XIX tras el reloteo hecho por la apertura de la Avenida de Mayo en 1889, hizo que se levantara en el lugar una casa unifamiliar de no muy grandes méritos, quizás mas de vista que funcional. Para esa construcción se hizo al menos una cisterna revocada en cemento y un pozo ciego, los que debieron quedar fuera de uso muy rápidamente por la instalación de las nuevas Obras Sanitarias. La mayor cantidad de materiales corresponden a esa casa que se mantuvo en uso, con cambios y alteraciones, hasta mitad del siglo XX en que se transformó en un conventillo primero, luego se derrumbó parcialmente y terminó con el lote vacío usado como estacionamiento.
Desde la perspectiva metodológica el trabajo de rescate en obra rápida presenta una realidad contradictoria: por una parte sí es posible obtener un conjunto de datos e información que puede ser relevante y útil en un proyecto de arqueología urbana más amplio, en donde los datos se suman y complementan unos a otros; pero por la otra parte es imposible recuperar, o siquiera estudiar con suficiente cuidado, todo lo que vemos pasar delante de nuestros ojos mientras excavan las máquinas. En esta contradicción, al menos por ahora, hay sólo dos salidas: hacer lo que se puede o no hacer nada. Nuestra postura ha sido siempre bien clara en este sentido: mejor poco que nada; lo que sí es importante es el seguir desarrollando técnicas de trabajo que permitan avanzar con suficiente velocidad en la recuperación de la información, deslindando y decidiendo qué vale la pena y qué no lo vale, decisiones que pueden ser definitivas en el estudio. Este caso nos reportó una visión de un terreno ubicado en un sector que antes no se había podido estudiar en el centro de la ciudad, y que resultó por demás interesante para la construcción de una visión integral sobre el proceso de cambio en la forma de uso de los lotes urbanos y de las modificaciones a la topografía original.
Zooarqueología
Entre lo hallado restos hubo óseos en un total de 1350 fragmentos, reconociéndose 1146 de ellos (84.8 %). La metodología y marco teórico utilizado han sido explicitados en otros trabajos (Silveira y Fernández 1978, Silveira y Lanza 1998 y 1999, Henry 1991).
GÉNERO Y ESPECIE | NOMBRE COMÚN | NISP | MNI |
Bos taurus | Vacuno | 71 | 4 |
Ovis aries | Ovino | 80 | 4 |
Sus scrofa | Cerdo | 4 | 1 |
Lepus apensis | Liebre europea | 1 | 1 |
Canis familiaris | Perro | 2 | 2 |
Rattus.sp. | Rata | 3 | 1 |
Gallus gallus | Gallina/pollo | 68 | 9 |
Meleagris gallopavo | Pavo | 6 | 1 |
Anas sp. | Pato | 2 | 1 |
Nothura maculosa | Perdiz chica | 6 | 1 |
Rynchotus ruefences | Perdiz colorada | 1 | 1 |
Columba livia | Paloma europea | 4 | 1 |
.
FAMILIA | CANTIDAD DE FRAGMENTOS |
Anatidae (patos, gansos) | 2 |
.
CLASE | CANTIDAD DE FRAGMENTOS |
Mammalia indet. (mamíferos en general) | 802 |
Ave (aves en general) | 14 |
Pez (peces en general) | 80 |
La media de fragmentación del material es de 6.99 cm y el peso total es de 13.288,8 grs. Del material reconocido 248 fragmentos corresponden al nivel taxonómico de genero y especie (21.6 %), a familia el 2 (0.2 %) y a clase 896 (78.2 %.). Los restos reconocidos de Bos taurus se presentan en la tabla Nº 1. Hay tres ejemplares adultos (sobre la base de las epífisis proximales de fémur) y la representación esqueletaria es bastante completa pues tenemos los cuartos delanteros, traseros y parte axial, aunque no hay vértebras torácicas ni tampoco los extremos de los cuartos (metapodios y falanges).
Los restos reconocidos de Ovis aries suman 67 especímenes, lo que corresponde a cuatro ejemplares, dos juveniles y un adulto. El detalle de los restos se suministra en la Tabla Nº 2, que nos dice que tanto los animales adultos como los juveniles presentan partes delanteras, traseras y axiales, es decir animales enteros.
Los de Sus scrofa corresponden a la epífisis distal de un húmero derecho, un tercer molar derecho de mandíbula, un incisivo y a un fragmento de pelvis izquierda que corresponden al acetábulo del mismo. Todos los restos corresponden a animal adulto.
De Lepus capensis hay una epífisis distal de húmero y es de un ejemplar adulto.
De ratus sp. una tibia, un fémur y un húmero.
Los huesos de Gallus gallus suman sesenta y ocho, que corresponden a nueve individuos, seis adultos (gallina) y tres juveniles (pollo). El detalle se ofrece en la tabla Nº 3.
De Nothura maculosa tenemos seis especimenes: dos ulnas (una iquierda y otra derecha), una pelvis izquierda, una epífisis proximal de tibia, una epífisis proximal de metatarso, un fragmento de sacro y un coracoides izquierdo. Todos corresponden a un ejemplar adulto.
De Rynchotus ruefences una epífisis proximal izquierda de tibia tarso.
De Columba livia (paloma) son cinco especimenes de aves adultas: dos húmeros izquierdos y otro derecho completos, más una epífisis proximal izquierda del mismo hueso y una escápula. Esto determina un número mínimo de tres ejemplares. ¿Fue consumo o se trata de piezas intrusivas? En este caso el hecho de tratarse de tres ejemplares adultos y además de un hueso con buena carne, puede inclinarnos a pensar que hubo consumo. Hudson recuerda en su memorioso libro Allá lejos y hace tiempo –a mediados del siglo XIX- que en su casa se hacían pasteles de palomas –tenían palomar- y no aclara si eran de pichones o de animales grandes (Hudson 1999). Incluso un viajero inglés hacia 1819 observó que había muchas palomas en Buenos Aires y que se consumían (Miers 1968:26); otros para la misma época precisan que se consumían los pichones (Mansilla 1955:152).
Los de Anas sp. (pato) corresponden a un carpo, metacarpo y la epífisis proximal de un húmero, ambos de adulto. De Anatidae hay un fragmento de diáfisis y una epífisis proximal de radio.
De pez hay 80 fragmentos que corresponden a distintos huesos del esqueleto (cráneo, aletas, vértebras y espinas), que corresponden a peces de río, y hay más de uno a juzgar por los tamaños de los fragmentos del mismo tipo.
De aves hay fragmentos de diáfisis (6), esternón (3), escápula (2), pelvis, cráneo y de un metacarpo. Es probable por el tamaño del fragmento de pelvis, que este sea de pavo (Meleagris gallopavo).
Entre los de Mammalia indeterminada 755 (94.1 %)corresponden a restos de un mamífero grande (probablemente vacuno), 31 (4 %) a un mamífero mediano (probablemente ovino), 14 (1.7 %) son indeterminados (pueden ser de M1 ó M2) y uno de M3 (0.2 %).
En el cuadro de identificación no hemos incluido una falange, pues esta es de Homo sapiens, es decir humana. Es una primer falange del pie de un adulto, tercera o cuarta. No tenemos explicación para este hallazgo, que sin duda plantea un interrogante.
En general el estado de conservación del material es bueno pues sólo un 7 % de ellos presentan signos de erosión. Un 1.4 % están quemados. En un 12 % hemos advertido huesos con huellas antrópicas que incluyen las de corte de distintos filos metálicos (cuchillo, hacha y sierra). En algunos casos los huesos presentan manchas de óxidos de cobre y hierro por haber estado cercanos a objetos metálicos.
Todos los huesos provienen del Pozo 10, un típico pozo de basura cuyos restos no óseos permiten estimar una fecha de primeras décadas del siglo XIX que pudo tener episodios de intrusión durante la excavación con las palas mecánicas, aspectos ratificados por algunos puntos que veremos a continuación. Entre las huellas de cortes observados en los huesos hay siete en que fueron efectuado con sierra manual (0.6 %) mientras que todos los restantes presentan cortes de trozamiento que claramente fueron efectuados con golpes o con instrumentos de filos manuales como cuchillos pesados o hacha. Esta forma de trozamiento se efectuó hasta después de mediados del siglo XIX. Por otra parte en las vértebras de vacuno no se observa el corte de media res que se hace con sierra eléctrica en el matadero (fin de siglo XIX e inicio del XX), lo que ubicaría la mayoría de los restos en pleno siglo XIX. Otro indicio de intrusión es la presencia de liebre europea: esto puede indicar que los restos corresponden a un conjunto de fines del siglo XIX ya que ese animal se introdujo al país hacia 1888 en la provincia de Santa Fe y 1896 en la de Buenos Aires (Navas 1987:14-15), pero como se trata de un único hueso éste pudo agregarse al contexto original del pozo de basura; las condiciones del rescate hacen imposible determinarlo.
Podemos, con las salvedades anotadas, intentar una conducta de consumo que se deriva de estos restos. Este indica que las comidas proteicas estaban determinadas por un claro predominio de la carne vacuna con cortes de ambos cuartos y de parte axial (costillar). El resto de las carnes es complementaria, aunque diversificada en carnes rojas de cordero y cerdo, luego aves domésticas, en especial gallinas y algo de pato, pero también hay aves de caza como las perdices. El pescado está presente en forma discreta. En resumen, surge una conducta de consumo que se puede atribuir a una familia o grupo de buenos recursos adquisitivos.
TABLA Nº 1
Especie: Bos taurus | |||||||||
I | D | INDET. | AXIAL | MNI | |||||
HUESO | 1 | 2 | 1 | 2 | 1 | 2 | 1 | 2 | |
ESC CG | 2 | 1 | 2 | ||||||
HEP | 1 | 1 | 1 | 2 | |||||
HED | 1 | 1 | |||||||
HD | 2 | 1 | |||||||
CEP | 1 | 1 | 1 | ||||||
R | 1 | 1 | |||||||
RD | 1 | 1 | 1 | ||||||
MC EP | 1 | 1 | |||||||
MCED | 2 | 2 | |||||||
PACET | 1 | 2 | 2 | ||||||
FEP | 2 | 1 | 3 | ||||||
FED | 1 | 1 | 1 | 2 | |||||
FD | 1 | 2 | 3 | ||||||
MTEP | 1 | 1 | 1 | ||||||
MPED | 5 | 2 | |||||||
CAL | 1 | 1 | |||||||
FL1 | 1 | 1 | |||||||
FL2 | 2 | 1 | |||||||
FL3 | 1 | 1 | |||||||
VT | 2 | 1 | |||||||
COST | 9 | 22 | 2 | ||||||
MDR | 1 | 1 | |||||||
MDF | 1 | 1 | |||||||
MD 3M | 1 | 1 | 1 | ||||||
MD 2M | 1 | 1 | 2 |
NISP: 80
MNI: 4 ejemplares adultos
TABLA Nº 2
Especie: Ovis aries | |||||||||
I | D | INDET. | AXIAL | MNI | |||||
HUESO | 1 | 2 | 1 | 2 | 1 | 2 | 1 | 2 | |
ESC CG | 1 | 1 | 1 | ||||||
H | 1 | 1 | 2 | ||||||
HED | 1 | 1 | 2 | ||||||
HD | 2 | 1 | 3 | ||||||
CEP | 1 | 1 | 1 | ||||||
R | 1 | 1 | |||||||
REP | 1 | 2 | |||||||
RD | 1 | 1 | |||||||
MCED | 2 | 1 | |||||||
PACET | 1 | 1 | 2 | ||||||
F | 1 | 1 | |||||||
FEP | 2 | 1 | 2 | ||||||
FED | 1 | 1 | 1 | 2 | |||||
FD | 1 | 1 | 2 | 3 | |||||
TD | 1 | 1 | |||||||
MTEP | 1 | 1 | |||||||
MPED | 5 | 2 | |||||||
AST | 1 | 1 | |||||||
VT | 2 | 1 | |||||||
COST | 22 | 2 | |||||||
FL 1 | 1 | 1 | |||||||
FL 3 | 1 | 1 | |||||||
RMD | 1 | 1 | |||||||
MDF | 1 | 1 | |||||||
MD2M | 1 | 1 | 1 | ||||||
ND 2 M | 1 | 1 |
NISP: 71MNI: 2 ejemplares adultos y dos ejemplares juveniles
TABLA Nº 3
Especie: Gallus gallus | |||||||||
I | D | INDET. | AXIAL | MNI | |||||
HUESO | 1 | 2 | 1 | 2 | 1 | 2 | 1 | 2 | |
H | 1 | 1 | 1 | 5 | 6 | ||||
HEP | 1 | 1 | 2 | ||||||
HED | 1 | 1 | 2 | ||||||
R | 1 | 2 | 2 | ||||||
REDP | 1 | 1 | |||||||
RED | 1 | 1 | |||||||
ESC | 1 | 1 | 1 | 2 | |||||
UL | 2 | 1 | 2 | ||||||
ULEP | 1 | 1 | |||||||
COR | 1 | 2 | 3 | ||||||
CMC | 1 | 2 | 2 | ||||||
CMCED | 1 | 1 | |||||||
EST | 1 | 1 | |||||||
PEL | 2 | 1 | 3 | ||||||
F | 1 | 2 | 3 | ||||||
FD | 1 | 1 | 1 | 2 | |||||
TT | 1 | 1 | 2 | ||||||
TTEP | 1 | 1 | |||||||
TTED | 2 | 2 | 1 | 1 | 4 | ||||
TTD | 1 | 1 | |||||||
FIB | 1 | 1 | |||||||
TMT | 1 | 1 | 2 | 3 | |||||
TMTED | 2 | 2 | |||||||
FUR | 2 | 2 | |||||||
CRAN | 1 | 1 | |||||||
SACRO | 1 | 1 | |||||||
VC | 2 | 1 | |||||||
COST | 2 | 1 |
NISP: 68
MNI: Nueve ejemplares, seis adultos y tres juveniles.
ABREVIATURAS DE TABLAS
Mamíferos
ESC CG – Escápula cavidad glenoide | |
H – Húmero 100 % | HEP – Húmero epífisis proximal |
H ED – Húmero epífisis distal | H D – Húmero diáfisis |
REP – Radio epífisis proximal | RED – Radio epífisis distal |
CEO – Cúbito epífisis proximal | MTED – Metatarso epífisis distal |
F EP – Fémur epífisis proximal EP | FED – Fémur epífisis distal |
FD – Fémur diáfisis | PACET – Pelvis acetábulo |
TEP – Tibia epífisis | TD – Tibia diáfisis proximal |
MTEP – Matatarso epífisis proximal | ROT – Rótula |
AST – Astrágalo | CAL – Calcáneo |
FL 1 – Falange primera | FL 2 – Falange segunda |
FL 3 – Falange tercera | FL 2 – Falange segunda |
MX 2 M – Maxilar segundo molar | ED – Epífisis distal |
MDR – Rama mandibular | MDF – Mandíbula fragmento |
MD M2 – Mandíbula molar 2 | MX 1PM – Maxilar primer premolar |
MD ME – Mandíbula molar 3 | NC – Incisivo |
COST – Costilla | VT – Vértebra torácica |
VL – Vértebra lumbar | VCOX – Vértebra coxal |
VCU – Vértebra caudal |
I- Izquierdo / D – Derecho / 1 – Juvenil / 2 – Adulto
Aves
H – Húmero | H EP – Húmero epífisis. Proximal |
H ED – Húmero epífisis. distal | H D – Húmero diáfisis |
F – Fémur 100 % | FD – Fémur diáfisis |
UL – Ulna 100 % | ULEP – Ulna epífisis. Proximal |
R – Radio 100 % | PELV – Pelvis |
REP – Radio epífisis proximal | RED – Radio epífisis distal |
COR – Coracoides 100 % | TMT – Tarso metatarso 100 % |
F – Fémur 100 % | FD – Fémur diáfisis |
TT – Tibia tarso 100 % | TT EP – Tibia tarso epífisis proximal |
TT ED – Tibia tarso epífisis distal | TT D – Tibia tarso diáfisis |
COST – Costilla | CRAN – Cráneo |
CMC – Carpo metacarpo | CMCED – Carpo metacarpo epífisis dista |
Fib – Fíbula | Est – Esternón |
I – Izquierdo / D – Derecho / 1 – Juvenil / 2 – Adulto
Galería de imágenes