«Informe inicial sobre objetos históricos de Llamucó, Neuquén»
El artículo «Informe inicial sobre objetos históricos de Llamucó, Neuquén» de Daniel Schávelzon es un análisis preliminar de los materiales históricos encontrados por el Dr. Mario Silveira en el sitio Llamucó en Neuquén.
El conjunto presenta ante un análisis preliminar características muy poco especiales. Sin discutir procedencia o condiciones de hallazgo, ya que proviene de una recolección superficial en un trabajo cuyos objetivos eran de mayor profundidad cronológica hecho hace muchos años, es posible observar que se trata de materiales fechables que parecen forman un contexto de los primeros años del siglo XX (aproximadamente 1920) con un error posible de diez años. Como elementos posiblemente intrusivos hay dos vidrios azules muy recientes (1996-1998?) de la bebida Pronto Shake o similar y dos vidrios marrones de un veneno contra las vizcachas (hacia 1970 en Buenos Aires y seguramente en uso en la región).
Todos los materiales presentan la misma característica: un marcado proceso posdeposicional en la superficie, con fuerte desgaste superficial producido por intensa humedad o frío-hielo (posiblemente lluvia, ya que no están rodados), marcas de pisoteo, muy alta fragmentación y en algunos casos con lascado no intencional producido por estar entre piedras.
Todos son materiales domésticos con alta presencia de frascos medicinales y de bebidas acohólicas, incluyendo un juguete, raticidas, cremas de tocador, tazas decoradas, una damajuana y una botella de ginebra, que quedaron sobre la superficie, con un fuerte proceso ulterior que los fragmentó y les astilló los bordes. Es posible que el suelo haya sido pedregoso, produciéndose en los vidrios, al caminar sobre ellos, el lascado característico.
Las lozas representan un conjunto reducido, sólo cuatro fragmentos, todos blancos, posiblemente ingleses; son imposible de fechar con precisión debido a que ese tipo fue producido desde los inicios del siglo XIX hasta la actualoidad de manera muy semejante. Uno de ellos, el más grueso, debe pertenecer a una sopera o a una bacinica, los otros tres de son de platos. Tres de ellos muestran mayor permanencia en superficie. Uno -el más delgado- es de mayor calidad, lo que se nota en la pasta y la cubierta vidriada, y posiblemente sea del siglo XIX.
La porcelana está presente en tres objetos de procedencia europea: una cabeza de muñeca, una taza decorada en relieve y pintada en plateado sobre la cubierta y una taza pintada con flores de color rojo y verde muy desgastado. Los tres son objetos modestos, simples, de mínimo costo en su época. La cabeza no muestra evidencias de exposición larga o desgaste por permanencia en superficie.
Un único fragmento de gres pertenece a un porrón de ginebra del siglo XIX o inicios del XX con las letras
ER
HE
AM
en tres filas superpuestas. Se trata de una botella de la marca Bols que tenía el sello en la parte superior, ya que la etiqueta era de papel. La inscripción debió decir:
ERVEN LUCAS BOLS
HET LOOTSJE
AMSTERDAM
producida con ese sello en bajorelieve hasta que se cerró su importación con la Primera Guerra Mundial. En contextos rurales se mantuvo en uso por mucho tiempo como cantimplora, bolsa de agua caliente o como contenedor universal por su calidad, dureza y capacidad de mantener las temperaturas.
Los vidrios forman en conjunto más numeroso, lo que es habitual en la primera mitad del siglo XX. Los de color verde son la mayoría (22 fragmentos) y hay desde el muy oscuro, lo mas antiguos, hasta verdes muy claros. Se identifican cinco bases de botellas de producción industrial temprana, todas ellas fechables desde los finales del siglo XIX a los inicios (e incluso mediados) del XX; notoriamente la más antigua tiene poco desgaste superficial mientras que las otras lo tienen en extremo marcado por exposición a la lluvia. El único pico es raro, de alguna bebida importada o poco común pero de manufactura industrial.
Hay tres fragmentos de color verde claro que corresponden a una botella de “agua carbonatada”, es decir a soda o agua gasificada. También hay una base de frasco de farmacia, rectangular, posiblemente de LISTERINE, del que aún se ven las letras NE en su cara frontal.
Hay un fragmento de base de damajuana de tipo industrial con los problemas típicos de la pasta de este tipo de recipientes que incluyen burbujas y el molde desleído; se trata de un producto que puede ser fechado hasta la década de 1930-40.
Los vidrios de color marrón son sólo dos y pertenecen a un envase de forma ligeramente rectangular que contenían líquidos raticidas y anti-vizcachas muy usados en las décadas de 1940-1970. Hay un vidrio amarillento, al parecer de la base de un botellón. Los seis vidrios azules parecen corresponder, por el desgaste, a un frasco de farmacia y otros dos a una botella moderna de Pronto Shake o similar, muy recientes. Hay dos vidrios blancos, del tipo llamado vítrea en su época, de un frasco de producto de tocador como las cremas para la cara o similar. Hay tres fragmentos de color violeta de un mismo frasco de perfume y nueve fragmentos transparentes en su mayoría pertenecientes a tres frascos de medicina semejantes entre si, uno de ellos con la inscripción MADE IN USA. Es interesante que sean semejantes al de color verde claro, posiblemente todos reusados por algún farmacéutico de la región a quien no le preocupaba, para el rellenado, las sutiles diferencias de color u origen de los envases.
Todo el conjunto presenta, como síntesis, una cronología bien entrada en el siglo XX. Si bien algunos objetos en sí mismos fueron fabricados en el siglo XIX muy tardío o incluso medio como una loza, no dejaron de ser habituales hasta muchísimo mas tarde. Todos ellos eran usados una y otra vez, en especial las botellas de vino, la de ginebra y hasta las de remedios. Por lo que parecería que se trata de objetos que quedaron en su sitio de paso, en superficie, con humedad extrema y pisoteo que los fragmentó y lascó en los bordes; que se trata de objetos domésticos comunes y baratos en su época, accesibles en todo lugar desde finales del siglo anterior. Y debió, si es un contexto y contexto y no una acumulación, haberse abandonado hacia 1920-30 y usos muy esporádicos y recientes del sitio, por tratar de asumir un fechamiento.
Existe la posibilidad, planteada por el Lic. Mariano Ramos, respecto a que la base de la damajuana haya sido tallada intencionalmente para su reuso. Es mi parecer, a la observación macroscópica al menos, que se trata de un lascado no intencional producido por el aprisionamiento del vidrio entre piedras grandes en un sitio de paso, pero sin dudas merece un estudio detenido.