Teyú Cuaré: Introducción
.
La Segunda Guerra Mundial no generó en América Latina ningún tipo de construcción o estructura militar específica. Si bien es cierto que varios criminales de ese origen buscaron refugio en este continente, con o sin ayuda cómplice de los gobiernos de turno o los grupos locales, no necesitaron construir lugares específicos al efecto. Vivieron en casas normales de mayor o menor lujo, sus hijos fueron a los colegios como todos y salvo alguna excepción pasaron bastante desapercibidos. Algunos, como Menguele, tuvieron que vivir huyendo entre varios países, pero más allá de esconderse, disfrazar su identidad o corromper autoridades no hubo estructuras que se edificaran para él. El hallazgo de un sitio al parecer construido específicamente al efecto, un asentamiento ubicado en la frontera entre Argentina y Paraguay sobre el río Paraná, resultó por ello importante.
En 2015 se descubrió este sitio enclavado entre farallones de roca de cien metros de altura dentro del actual Parque Provincial Teyú Cuaré (Misiones), cuya acceso por tierra había sido abierto en 1999. Antes sólo podía llegar quien conociera el lugar y su entrada, navegando por el río Paraná. Es decir que quien escogió el lugar como escondido realmente lo hizo bien, aunque la vida en el lugar es casi imposible por la humedad, la selva, la falta de tierra para cultivos y la oscuridad. El que no tuviera caminos a los pueblos cercanos habla también del secretismo en que fue hecho y mantenido, siendo más sencillo su acceso desde la orilla opuesta en Paraguay, más aún porque que una isla ahora desaparecida por los cambios de nivel del río, cortaba el ancho del camino al medio.
En el lugar se encontraron tres construcciones principales, al menos con certeza una de ellas es una vivienda con equipamiento e instalaciones de piedra, y otras obras secundarias. Y muchas murallas de pequeño tamaño que envuelven el sitio haciendo en extremo complejo el lugar para intentar circular por él.
Toda la arquitectura local es de piedra apenas trabajada, y si bien la responde a diseños modernos de mitad del siglo XX, incluyendo baño, cocina, bañadera y comodidades en las instalaciones, lo burdo de los muros externos de enormes piedras llama la atención. Suponemos que fue el resultado de construir con mano de obra sin experiencia alguna, local, con recursos del sitio y casi sin comprar nada en el marcado de construcción para no llamar la atención. Pero ajustados a diseños llegados de afuera de la zona con exigencias modernas. Pocos metros de cañería de hierro, artefactos mínimos en el baño, grandes ventanales, habitación y patio de servicio, dos pisos de mosaicos, un sistema simple de suministro de agua eran todas las comodidades. Pero era arquitectura diferente a la de los pueblos cercanos, donde también se había dejado de construir con piedras hacía tiempo optando por el hormigón armado y los ladrillos revocados. La poca ornamentación que queda adhiere al estilo Art Decó aun de moda en la época. Para una casa en la selva era inimaginable un baño interno con portarrollos de papel higiénico.
Resultó interesante que en los alrededores y por fuera del sitio mismo, hubiera pequeñas casas ubicadas estrategicamente en sus alrededores, como para evitar posibles accesos o al menos saber de movimientos en la zona aun casi despoblada. Son reconocibles ya que como arquitectura repiten el patrón de uso de la piedra de las construcciones principales. Todo este sistema en realidad rodeaba una única casa con dos dormitorios, es decir que el alojamiento era para muy poca gente, una familia quizás, aunque las estructuras auxiliares podían albergar a personal de servicio en condiciones mucho más simple.
Para poder fechar el sitio se hallaron dos conjuntos de monedas colocadas de manera intencional, un recipiente metálico con fotografías y pozos de basura conteniendo casi 3000 objetos. Todo sirvió para suponer que la construcción del lugar fue en 1945 y su desocupación hacia 1955 o poco después. La zona quedó abandonada, luego fue usada esporádicamente por militares para contrabando con Paraguay y finalmente por grupos neo-nazis tras la publicación de la existencia del sitio (en 1976) en que llegaban con dificultades como santuario. Fue asociado el lugar con Martin Bormann, desconociendo que su cadáver ya había sido hallado en 1972 tras años de búsqueda.
En estos dos años se han hecho cuatro campañas arqueológicas y otros seis viajes de estudio ya que el lugar sigue dando cuantiosa información.
1 respuesta
[…] libro, destacamos la inclusión en el sitio WEB oficial del Centro de Arqueología Urbana de una sección dedicada a este proyecto de […]