Tratamiento de materiales cerámicos excavados en Bolívar 238

La ponencia “Tratamiento de materiales cerámicos excavados en Bolívar 238”, de Silvia Álvarez, Andrea Caula, Patricia Frazzi, Alicia Marzorati y Norma Pérez ha sido presentada en las II Jornadas Regionales de Historia y Arqueología, realizadas en la localidad de Guaminí entre los días 10 y 12 de septiembre de 1999.

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“La consistencia física del objeto debe tener
necesariamente prioridad, porque representa
el lugar mismo de la manifestación de la
imagen al futuro, garantiza en definitiva su
percepción en la conciencia humana”.

Cesare Brandi

[dropcap]E[/dropcap]n la calle Bolívar 238 de la ciudad de Buenos Aires se rescataron de un pozo de basura 2583 fragmentos y 21 artefactos cerámicos. A través de tareas de limpieza, anastilosis, montaje, adhesión e integraciones en los casos pertinentes, se recompuso la unidad potencial de los siguientes objetos utilitarios del siglo XIX: 10 piezas de porcelana blanda (2 soperas, 6 platos, 1 fuente, 1 taza), 30 piezas de loza Pearlware (10 bacines blancos, 5 bacines decorados, 6 tazas, 7 bols, 1 sopera, 1 jofaina) y 4 piezas de cerámica roja (1 lebrillo, 3 vasijas).

La premisa orientadora, fundada en los códigos de ética profesionales del ICOM, ICOMOS y AIC, consistió en acondicionar dichos objetos,  para la percepción de los mismos como imágenes integradas y como documentos históricos.

La mayor precaución en todos los casos, consistió en evitar el borrado o la adulteración involuntarios con intervenciones inadecuadas, y en consecuencia, se recurrió a métodos reversibles, no invasivos y mínimamente agresivos.

Actividades “in situ”

Levantamiento: Se procedió a la remoción física del material cerámico de su contexto, resguardando su estabilidad estructural mediante el uso de un embalaje adecuado. Se colocó en bolsas de polipropileno intercalando espuma de polietileno para evitar abrasiones y rotura de bordes.

Actividades en el laboratorio

Primera limpieza: Se practicó una limpieza superficial en seco que precedió al estudio arqueológico y facilitó la realización del mismo.

Segunda limpieza: Se llevaron a cabo limpiezas mecánica y química usando cepillos  de varios tipos, palillos de bambú, bisturí y solventes orgánicos e inorgánicos (agua desmineralizada, agua oxigenada, amoníaco, acetona, alcohol etílico, ácido acético, ácido clorhídrico) en diluciones adecuadas para los distintos casos. Cuando se recurrió al uso de sustancias alcalinas o ácidas para remover óxidos y depósitos orgánicos, se realizaron neutralizaciones químicas.

Nota: En anexo adjunto se consigna información correspondiente a sustancias químicas y materiales.

Organización: Luego de la tipificación y clasificación realizada por el arqueólogo, se procedió al agrupamiento del material teniendo en cuenta:

A) Clase (pearlware, whiteware, porcelana blanda, cerámica mestiza).

B) Características y espesor de la pasta.

C) Color y decoración.

D) Aspectos de los deterioros.

Montaje provisorio: Las características peculiares  de los fragmentos cerámicos obligaron  a realizar múltiples pruebas, debido a que, pertenecieron a piezas arrojadas ya rotas y, en consecuencia, sufrieron exposiciones y degradaciones muy diferentes.

Documentación: Se efectuaron fichas técnicas individuales por cada uno de los artefactos. En ellas se consignaron los siguientes datos: materia prima, clase o tipo, forma, decoración, medidas, color, procedencia, diagnóstico y tratamiento. Se adjuntaron a las mismas muestras, fotografías y esquemas de diseños y deterioros.

Montaje definitivo: Luego de verificar el secado total de los fragmentos, se llevaron a cabo los encolados. Se utilizó una resina acrílica, Paraloid B-72. Éste producto es considerado como uno de los adhesivos termoplásticos más estables usados en conservación-restauración. Es muy poco reactivo químicamente, tiene buena flexibilidad, es resistente a los aceites minerales, vegetales y grasas, es durable y no pierde transparencia. Puede ser removido con solventes orgánicos. Las rebabas y excedentes se retiraron con bisturí.

Reintegración de faltantes

Fueron intervenidos con acciones de reintegro de faltantes los siguientes artefactos: 8 piezas de porcelana blanda (7 platos, 1 sopera), 20 piezas de loza Pearlware (7 bacines blancos, 4 bacines decorados, 3 tazas, 3 bols, 2 platos, 1 sopera), 1 pieza de cerámica roja (1 vasija).

Las acciones de reintegración se subordinaron a un criterio conservacionista orientado a mantener la integridad de las piezas, en cuanto a bienes patrimoniales a preservar, sin operar con significados o connotaciones estéticas diferentes al diseño original.

Intervenir con plastes parece, a priori, una tarea inadecuada o alejada de intereses propios de la arqueología. Sin embargo, existen dos buenas razones que justifican su implementación en el CAU. Ambas se desprenden de principios ineludibles que fueron señalados en los inicios de la presente exposición. La primera de ellas responde a la necesidad de ofrecer a la comunidad conjuntos arqueológicos de fácil percepción y reconocimiento. La segunda consiste en asegurar la estabilidad material de los artefactos. Recordemos que la colección del CAU participa en forma muy frecuente, en exposiciones y muestras (98-99: Botánico, La Prensa, Cabildo, Abasto, Fernández Blanco, FADU).

En las fotografías subsiguientes se presentan dos objetos de Bolívar 238 en los que se operó con pasta de reintegro como medio necesario para otorgarles unidad, estabilidad y solidez. En el caso de la pequeña taza,  uno de los sustratos no presentaba puntos de encolado, y en consecuencia, se procedió a su montaje incluyéndolo en un plaste. En cuanto a la bacinilla puede advertirse que la zona de laguna presentaba bordes peligrosamente expuestos que debieron ser protegidos utilizando idéntico recurso.

Técnicas:

Se utilizaron moldes de yeso, en la mayoría, de los casos, y moldes de caucho de siliconas en otros, siempre acompañados de sus correspondientes “cunas”. También, se recurrió al uso de diversos materiales provisorios para la contención de los plastes: láminas de acetato o aluminio, arcilla, cartón, etc.

Las pastas de reintegro usadas fueron “yeso-cola” (yeso tipo París, acetato de polivinilo y agua) y “tiza-cola” (carbonato de calcio, cola de conejo y agua).

Con respecto a la forma de aplicación del color se operó de dos formas: teñido o pintado del plaste. En el primer caso, se procedió a transferir color durante la preparación de la pasta con óxidos metálicos. En el segundo caso, el reintegro fue pintado con colores al agua (témperas y acuarelas). Se emplearon neutros próximos en la escala tonal del color del artefacto, con un valor diferenciable y cercano.

La higroscopicidad de los materiales de reintegro hizo necesaria la protección de los mismos con hidrocarburos saturados (parafina líquida, cera microcristalina).

Como conclusión, lo más importante y trascendente en esta tarea de recomponer consistencias físicas para alcanzar imágenes materiales del pasado, es facilitar el acercamiento del material arqueológico y sus significados al hombre común. Y en este sentido, conservación-restauración es, en el CAU, articulación social.

Bacinillas de loza restauradas encontradas en el sitio Bolívar 238

Materiales y productos químicos

Para limpiezas:

– Agua desmineralizada

– Agua oxigenada (vol. 20) con gotas de amoníaco (actúa como catalizador). No debe aplicarse en cerámica de baja cocción ni en piezas secas

– Jabón neutro

– Acetona

– Alcohol etílico

– Ácido clorhídrico al 10%

– Ácido acético al 20%

 

Para neutralizar (cuando se opera con ácidos):

– Bicarbonato de sodio

– Amoníaco

– Soda cáustica

Para encolados:

– Paraloid B-72

Composición química: copolímero de etilo metacrilato

Propiedades: soluble en n-butano, diacetona alcohol, cloruro de metilo, dicloruro de etileno, tricloroetileno, etil acetato, amil acetato, tolueno, xileno, acetona, metil etil cetona, dimetilformamida y cellosolve.

Compatible: con resinas vinílicas y siliconas.

Presentación: en grano.

Punto de reblandecimiento: 70º C.

Punto de fusión: 150º C.

Inflamabilidad: combustible, pequeño riesgo de explosión, extinción con dióxido de carbono.

Para plastes:

– «Yeso-cola»: 3 partes de yeso, 1 de agua, 1 % de acetato de polivinilo

– «Tiza-cola»: 9 partes de agua, 1 de cola de conejo, carbonato de calcio en cantidad necesaria para obtener la consistencia buscada.

Bibliografía

  • Acton, Lesley y Paul McAuley, Restauración de loza y porcelana, Gustavo Gilli, Barcelona, 1997.
  • American Institute for Conservation of Historic and Artistic Works (AIC), Código de ética y normas para el ejercicio profesional, Apoyo, 1994.
  • Brandi, Cesare, Teoría de la restauración, Alianza-Forma, Madrid, 1995.
  • Calvo, Ana, Restauración de la A a la Z, Del Serval, Madrid 1997.
  • Doerner, Max. Los materiales de pintura y su empleo en el arte, Reverté, Barcelona, 1998.
  • Gómez Gonzáles, María Luisa, La restauración. Exámen científico aplicado a la conservación de bienes culturales, Cátedra, 1998.
  • Herrera, Torres, Barreto y Clavijo, Química (I/II), Norma editorial, Buenos Aires, 1994.
  • Schávelzon, Daniel, La arqueología urbana en la Argentina, Centro Editor de América Latina, 1992.
  • Ward, Philip, La conservación del patrimonio:carrera contra reloj, 1992.

Galería de imágenes

Bolivar 238
Material arqueológico recuperado.
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Centro de Arqueología Urbana

Centro de Arqueología Urbana (CAU), que funciona en el ámbito del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas "Mario J. Buschiazzo" (IAA); en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), Universidad de Buenos Aires (UBA)

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1 respuesta

  1. 26 julio 2016

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