«El hallazgo casual en Recoleta de una estructura subterránea»
Durante el año 2002 se hicieron obras para modificar el piso del cementerio de la Recoleta en Buenos Aires. Fueron obras hechas sin control arqueológico alguno pese a su importancia y la obviedad de que el sitio lo necesitaba. Esto llevó a algunos hallazgos, de los cuales uno de ellos se describe aquí (1).
Se trata de una cámara subterránea que no tiene nada que ver con las bóvedas, viejas o nuevas, del cementerio y que al levantarse uno de los pisos de las calles internas, encontraron una entrada cuadrada tapiada y bajo ella un enorme pozo, por lo que se dio parte a las autoridades (2). Logramos estudiarlo aunque sea de manera acelerada en un par de días, con lo que se logró hacer algunas recomendaciones; pero por supuesto las obras continuaron y el pozo, que necesitaba trabajos importantes para ser preservado y más aun excavado, fue rellenado con escombro y cemento, desapareciendo de la vista.
El pozo está ubicado exactamente frente a la bóveda de la familia de Nicolás del Sel, en el Sector 12, enfrentando el mausoleo de la familia Maggiolo. En esa zona hay varias construcciones antiguas, la vecina de José A. Villanueva es de 1870, al igual que la que lo enfrenta de F. Bancalari, y dando la vuelta hay fechadas en 1854. La cámara está ubicada de manera perpendicular a la calle, ocupando buena parte de ésta y antiguamente también del lugar en que ahora, o desde 1900/20, está la bóveda. No hay duda, ni por su forma ni por su ubicación, que es anterior a todas las obras de ese sector oeste, ampliación del núcleo original del cementerio. El fechamiento, tanto por las técnicas como por lo que hay encima, nos lleva a la segunda mitad del siglo XIX, hacia 1860-1870 aproximadamente. El uso del sistema métrico decimal en toda la obra tiende a fecharlo también para ese decenio o poco después al menos.
La cámara subterránea está construida con ladrillos de 32 x 16 x 5 cm y las dimensiones posibles de la estructura debieron ser de 4.10 metros de largo por 2.70 metros de ancho y una profundidad imposible de medir. Esta estructura rectangular está excavada en la tierra y tiene un recubrimiento de ladrillos en la parte superior de 1.20 metros de alto, la entrada desciendo un metro. Actualmente entre los rellenos antiguos abajo –inaccesibles- y varios derrumbes, lo que se puede medir en el interior es 1.40 de profundidad. La bóveda antigua fue destruida al medio metro de su centro por la construcción de la bóveda moderna tal como se ve en los dibujos. La pared de la bóveda de la familia Del Ser es de ladrillos de máquina puestos hacia 1900. Esto fue parte de la destrucción de la estructura y posiblemente de su relleno al menos parcial. En algún momento, posiblemente más o menos contemporáneo a la bóveda moderna, se pasó una cañería de cerámica vitrificada que anuló toda esta construcción de manera definitiva al romper parte del acceso.
El problema principal que encontramos fue que la entrada de agua, a lo largo de los años, produjo el derrumbe de buena parte de las paredes de tierra, dejando descalzada la bóveda de ladrillos, a un grado peligroso siquiera para excavar o trabajar en el interior sin apuntalamientos o restauración. Las roturas hacia 1900 también la perjudicaron en buena medida. Un intento de excavar mostró que al menos por un metro lo que había en el piso era tosca caída de los muros o de las roturas de la bóveda del techo. Es decir, que de haber sedimento o relleno, este debe estar bastante más abajo. Llama la atención que la entrada sea cuadrada, habiendo muy pocos casos en Buenos Aires que hayamos encontrado este tipo de accesos, sea el interior de cualquiera de las múltiples formas conocidas (3). Lo que sí hay que destacar es la enorme dimensión de esta estructura única por sus dimensiones en la ciudad.
En síntesis, se trataba de una estructura importante por su volumen, posiblemente un desagüe que acumulara agua de lluvia o de deshecho, ya que los muros son de tierra para que absorban, por lo que descartamos en inicio la posibilidad de ser un aljibe, aunque sin un estudio más detenido no hay forma de saberlo con exactitud.
Notas
[1] El hallazgo se produjo el 30-1-2002
[2] Agradecemos a la Directora del Cementerio, la Lic. Olga Stancato, este aviso, al igual que a todo el personal directivo que nos facilitó el estudio.
[3] Hemos hallado este tipo de estructuras con formas circulares de variado diámetro, cuadradas y rectangulares. Véase: Daniel Schávelzon, Túneles de Buenos Aires: historias, mitos y verdades del subsuelo porteño, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2005.