«Valoración de un pozo de basura»
El artículo titulado «Valoración de un pozo de basura» de Mónica Edith Carminati, Marina Ojero, Guillermo Raúl Paez y Mario Jorge Silveira ha sido un trabajo presentado en el XV Congreso Nacional de Arqueología Argentina, realizado en la ciudad de Río Cuarto (Córdoba), en septiembre de 2004.
Este proyecto de trabajo surge a partir de una iniciativa de la Dirección de Arquitectura Teatral del Colón, que ante el hallazgo de una estructura subterránea por parte de operarios del teatro que se encontraban trabajando en ese sitio solicitó nuestro asesoramiento. En el mes de abril de 2003, luego de una serie de reuniones mantenidas con los profesionales responsables del edificio, en las que fijamos las pautas y los trabajos que se deberían realizar, comenzamos con la presente investigación. Dadas las características del proyecto se planteó la integración de un grupo interdisciplinario coordinado por Mónica Carminati (arqueología), Marina Ojero (conservación de materiales) y Guillermo Paez (arquitectura). El análisis zooarqueológico fue realizado por el Dr. Mario Silveira, quien participó además en el estudio de los materiales y en la elaboración de las conclusiones finales. Para la ejecución de los trabajos de campo y de gabinete se contó con la colaboración de estudiantes y profesionales de la Universidad de Buenos Aires.
Breve síntesis histórica
El Teatro Colón ocupa actualmente la manzana comprendida por la calles Cerrito, Tucumán, Libertad y Arturo Toscanini.
En el siglo XVIII esta zona era conocida como Hueco de Zamudio, a quien se le habían asignado esas tierras (se consideraban “huecos” a aquellos solares en estado de abandono o baldíos) (Casella de Calderón 1991). Zamudio fue Alcalde de primer voto del Cabildo y poseyó este predio hasta 1810.
El sitio no era muy codiciado ya que se trataba de una zona de terrenos anegadizos y bajos (teniendo en cuenta que el arroyo Tercero del Medio corría aproximadamente por la calle Libertad).
En el siglo XIX se instalan, la Fábrica de Armas (manzana comprendida por las calles Libertad, Lavalle, Tucumán y Cerrito) y el Parque de Artillería (Tucumán, Uruguay, Lavalle y Talcahuano; actualmente edificio de Tribunales); entre ambas manzanas el espacio vacío fue utilizado como Plaza de Armas para ejercicios militares. Luego se llamó a esta zona Plaza del Parque y posteriormente Plaza General Lavalle; allí en la manzana comprendida por Viamonte, Libertad, Talcahuano y Córdoba fue inaugurado en 1868 el Palacio Miró, (que fue expropiado en 1937 para ampliar la plaza), además aquella fue el escenario de la revolución de 1890 que culminó con la renuncia de Juárez Celman a la presidencia de la República.
En 1857 se construyó la estación del Primer Ferrocarril Argentino, denominada Estación del Parque, ubicada en Libertad y Tucumán, (en la manzana ocupada actualmente por el Teatro Colón), sitio desde donde la locomotora “La Porteña” realizó su viaje inaugural el 29 de agosto de 1857 llegando hasta Floresta; los viajes se prolongaron hasta 1878 y la estación fue trasladada en 1883. Durante algún tiempo funcionaron allí las oficinas del Estado Mayor del Ejército y en 1889 “no hay locales para trasladarlas ni nuevo sitio para ubicar las caballerías” lo que demoró la mudanza. (Caamaño 1969)
A pesar que el 13 de Septiembre de 1886 una sesión ordinaria del Concejo Deliberante autorizó al Intendente para que gestionara la entrega del lugar para la construcción del teatro fueron varios los sucesos que pospusieron la misma y varios los proyectos que proponían darle distintos usos a la manzana. El arquitecto Francisco Tamburini inició la construcción de los cimientos en abril del 1890, falleciendo en diciembre de ese mismo año. Se hizo cargo de continuar los trabajos el arquitecto Víctor Meano, quien muere trágicamente en 1904, encargándose finalmente la conclusión de la obra al belga Julio Dormal. En 1894, según cuentan las crónicas: “los ladrillos estaban aun desnudos”; algunos proponían ubicar allí los Tribunales, otros un banco (para que en ese sitio sucediera lo mismo que con el solar del viejo Teatro Colón, cuyos terrenos ubicados frente a la Plaza de Mayo se convirtieron en el Banco de la Nación Argentina). El 6 de enero de 1900 el arquitecto Mario Buschiazzo propuso demoler lo hasta allí construido hablando de “…un enorme edificio construido en uno de los ángulos de la manzana comprendida por Tucumán, Cerrito, Viamonte y Libertad, sin simetría, porque por falta de terreno fue edificado sobre el lado de Tucumán…”. (Caamaño 1969)
Existen planos de 1905 firmados por Dormal quien luego de aproximadamente tres años de trabajo dio por finalizada la obra. Pasaron más de 20 años antes de que el actual Teatro Colón abriera sus puertas el 25 de mayo de 1908, siendo José Figueroa Alcorta Presidente de la República e interpretándose la ópera Aída de Verdi, convirtiéndose en un “grandioso acontecimiento”. (Caamaño 1969)
Figura N°1
En la lámina nº 1 pueden observarse planos antiguos en los que se marcó la ubicación de la estructura, que se encuentra en un espacio abierto, fuera de las propiedades cuyo acceso era por la calle Libertad. (Catastro Beare 1865, Casella de Calderón 1991:58-59).
Estructura arquitectónica del pozo
Se trata de un pozo situado en el sector norte de la manzana comprendida por las calles Libertad, Viamonte, Cerrito y Tucumán, a 26,65 m de la calle Libertad y a 37 m de la calle Viamonte. Esta estructura subterránea, presenta una ubicación muy particular, ya que se encuentra debajo de la escalinata de acceso a la explanada del pasaje Toscanini, contemporánea con la obra del teatro, y no ha sufrido modificaciones mayores desde su construcción, sellando por lo tanto el sedimento subyacente correspondiente a ese momento. Esta situación un tanto especial constituyó el punto de partida para plantear uno de los objetivos de nuestro trabajo, dado que presentaba la posibilidad de poder desarrollar el estudio de los materiales de relleno de esta estructura, ubicada en uno de los pocos sitios de la Ciudad de Buenos Aires que no han sufrido perturbaciones desde mediados del siglo XIX.
De planta circular, se halla cubierta por una cúpula de ladrillos de 1,45 m de altura, con un diámetro interior máximo de 1.65m en la base y 1.25 m en la parte superior, que fue cortada para construir la escalinata que la cubre. Los ladrillos son uniformes (30x15x4.5cm), asentados con juntas de barro de 2 cm. de espesor; esto nos indica que fue construida en una sola etapa. En el alzado de la bóveda se observan dos espesores de muro diferente, las hiladas superiores (8) son de 15 cm., con ladrillos enteros colocados a soga, mientras que las inferiores (18) están construidas con los ladrillos colocados a tizón, con un espesor de 30 cm. a modo de cimiento.
En la segunda hilada, en el sector orientado hacia el este, existe un orificio de forma trapezoidal, de 64 cm. de altura, una base superior de 26 cm. y una base inferior de 56 cm., que tanto por su ubicación como por sus dimensiones podría tratarse de la entrada de un albañal que originalmente vertía los líquidos al pozo.
Por debajo de la cúpula, las paredes del pozo se hallan excavadas en sedimento bonaerense el que presenta un alto grado de consolidación, situación que nos permitió trabajar en buenas condiciones de seguridad.
Figura N°2
Metodología
Luego de efectuar la limpieza del sitio, en el que se halló una importante cantidad de basura moderna, se extrajeron ladrillos laterales para permitir el ingreso al interior de la estructura.
Se decidió trabajar con niveles artificiales de aproximadamente 10 cm, debido a la homogeneidad del sedimento y al lapso de tiempo que inicialmente se nos había otorgado.
Adoptamos como nivel “0” al límite entre la cara inferior de la última hilada de ladrillos de la estructura y el sedimento natural, lugar en el que se colocó una estaca a los efectos de contar con un punto fijo para efectuar las mediciones correspondientes, esta marca se hallaba a 99 cm de altura, respecto al nivel de inicio de la excavación.
En un primer momento, se dividió el circulo en dos sectores, con el fin de registrar con la mayor precisión posible la ubicación de los materiales in situ, pero desde la capa 2 obviamos esta división pues el material aparecía disperso en toda la superficie.
Se excavaron un total de 43 niveles artificiales hasta una profundidad de 5,41m no habiéndose llegado a capa estéril ni al nivel de la napa de agua.
Análisis del material
El material, debidamente lavado y conservado fue separado en categorías para ser medido, pesado y estudiado.
En todos los elementos analizados en cada uno de los 43 niveles, no hubo diferencias apreciables entre las distintas categorías y tipos que determinamos, por ello, tanto para el análisis como para las conclusiones tomamos todo lo rescatado como un conjunto.
El análisis de los distintos materiales, separados por categorías, dio el siguiente resultado:
MATERIAL | CANTIDAD |
LOZA | 4.299 |
GRES | 412 |
CERÁMICA INDÍGENA | 29 |
CERAMICA UTILITARIA | 279 |
MAYOLICA | 28 |
PORCELANA | 119 |
PIPAS CAOLIN | 17 |
PIZARRA GRAFITO | 43 |
ESCORIA / METAL | 4.040 |
CARBON MINERAL | 132 |
LITICO | 39 |
MATERIAL DE CONSTRUCCION | 204 |
VIDRIO | 7.261 |
OSEO | 18.396 |
TOTAL | 35.298 |
Antes de entrar en el análisis detallado de los distintos materiales queremos hacer algunas consideraciones generales:
Con respecto a la fragmentación se adoptaron tres categorías: consideramos alta aquella que poseía los fragmentos de hasta 3 cm, media los que poseían una longitud que oscilaba entre 3 y 7 cm y baja cuando superaban los 10 cm. Para el material óseo se adoptó un criterio más puntual pues se tomó la media geométrica
Llama la atención el grado de fragmentación del material. En líneas generales casi el 70 % del mismo correspondió a la primera categoría, o sea alta fragmentación; esto era notorio en las lozas, porcelana, vidrios, gres y mayólica. No se hallaron piezas enteras de estos elementos, y más aún, salvo un caso, no se pudieron remontar piezas de loza, cerámica o porcelana, aspecto que en otros sitios resulta bastante común. Las de baja fragmentación se encuentran entre los materiales de construcción y metales y no superan estadísticamente un dígito.
Para el material óseo, el índice de fragmentación en los distintos niveles de extracción se mantiene entre 3,06 cm y 5,29, con una media general de 3,56 cm, cifra común y habitual en muchos de los basureros o pozos donde se los ha hallado.
Las categorías predominantes del total de la muestra son el hueso (más de 18.000 fragmentos), seguido por el vidrio (más de 7.000 fragmentos), luego por la loza (4300 fragmentos) y por último el metal (casi 4000 fragmentos). El resto está comprendido en valores entre dos y tres dígitos.
Veamos los resultados para las distintas categorías de los elementos:
Loza
Comparando las distintas lozas presentes en la muestra, se observa que el porcentaje de fragmentos lisos es mayor que el de la loza decorada.
- Dentro de las lozas lisas el porcentaje de Creamware (las más antiguas) es el menor.
- Al comparar la presencia de gres, loza, cerámica, mayólica, porcelana, la loza es la categoría predominante en todos los casos.
- La mayoría de la loza se puede estimar como fabricada de mediados a fines del siglo XIX.
- Hay un fragmento de loza que dice: “.Federación……….”, que obviamente fue manufacturada en época rosista, esto es anterior al año 1852 (esto no necesariamente indica que el fragmento esté dando esa cronología al pozo).
- Se señala la escasa cerámica indígena hallada, como asimismo la casi total ausencia de lozas de manufactura “barata”. Aunque las lozas por su perduración en el utillaje doméstico, no dan cronología exacta, en líneas generales podemos decir que nos indican una que podría ser de fines de siglo XIX.
Metal
De los mismos se hallaron piezas enteras, tanto pequeñas como monedas, medallas y botones, como de mayor tamaño como una bacinilla- Estas son las distintas categorías que se establecieron:
I. Metales uso doméstico
CATEGORIA | CANTIDAD |
Cubiertos | 2 |
Recipientes (baldes, jarras) | 3 |
II. Metales uso personal
CATEGORIA | CANTIDAD |
Botones | 7 |
Bacinilla | 1 |
Adornos | 4 |
Ganchitos para ropa | 2 |
Monedas, fichas, medallas | 8 |
III. Metales en general
CATEGORIA | CANTIDAD |
Clavos, alambres, estacas | 1238 |
Varillas | 6 |
Planchuelas | 12 |
Sunchos | 35 |
Flejes | 25 |
Arandelas | 7 |
Bulones | 3 |
Tachuelas | 14 |
Chapas | 10 |
Caños | 3 |
Latón | 32 |
Cajas | 3 |
Rejillas | 1 |
Herrajes | 5 |
Cerraduras | 7 |
Manijas | 6 |
Herraduras | 7 |
IV. Fragmentos indeterminados
CATEGORIA | CANTIDAD |
Fragmentos indeterminados | 2522 |
V. Resumen estadístico
CATEGORIA | CANTIDAD | % |
I Metales uso doméstico | 5 | 0,10 |
II Metales uso personal | 22 | 0,55 |
II. Metales en general | 1410 | 35,65 |
IV. Fragmentos indeterminados | 2522 | 63,70 |
TOTAL | 3959 | 100 |
La escoria se separó de los metales y aquí no fue considerada. En total se hallaron 81 fragmentos en todos los niveles. Como se aprecia predominan los fragmentos indeterminados, lo que demuestra el proceso táfico que sufrieron los metales. (Hesse y Wapnish 1985).
Vidrio
Para su análisis se consideraron las categorías que aquí se detallan:
TIPOS DE VIDRIO | CANTIDAD | % |
Vidrio verde (vino inglés) | 775 | 10,67 |
Vidrio verde (ginebra) | 195 | 2,69 |
Vidrio verde curvo (vino francés) | 1203 | 16,57 |
Vidrio color caramelo (ginebra) | 36 | 0,50 |
Vidrio blanco plano | 4113 | 56,65 |
Vidrio blanco rayado | 17 | 0,23 |
Vidrio curvo transparente | 584 | 8,04 |
Vidrios farmacia | 97 | 1,34 |
Vidrios perfumería | 44 | 0,61 |
Otros | 197 | 2,71 |
TOTAL VIDRIOS | 7261 | 100,00 |
Ya hemos dicho que el grado de fragmentación es muy alto. No obstante cabe señalar que se halló en el nivel 40 una botella de cerveza marca Bieckert entera, con las marcas impresas en el vidrio, que la ubica como fabricada a fines del siglo XIX, principios del XX. Como se aprecia predominan los vidrios planos posiblemente de ventanas y marquesinas. En segundo lugar aquellos que podemos asimilar a consumo (vino), en tercer lugar los que provendrían de recipientes (vasos o jarras). Del resto hay que destacar los de farmacia y perfumería.
Lítico
A pesar que la cantidad de fragmentos u objetos líticos no es considerable (39 en total), los mismos no dejan de resultar interesantes: en primer lugar hay dos piletas (las dimensiones de la mayor son: 65cm x 50cm x 18cm) que fueron halladas en los niveles inferiores fragmentadas en 3 y 4 pedazos, una piedra de pedernal para arma de fuego a chispa, una piedra de afilar, una piedra de moler y un ápice de punta de basalto.
Grafito y pizarra
Se hallaron un total de 43 fragmentos de lápices y tablitas de escolares de estos materiales.
Óseo
Para este material poseemos los siguientes datos:
GÉNERO Y ESPECIE | NOMBRE COMÚN | NISP | MNI |
Bos taurus | Vacuno | 200 | 5 |
Ovis aries | Ovino | 368 | 15 |
Equus caballus | Caballo | 1 | 1 |
Sus scrofa | Cerdo | 12 | 2 |
Dasypus hibridus | Mulita | 3 | 1 |
Chaetopractus villosus | Peludo | 1 | 1 |
Felis catus | Gato doméstico | 11 | 1 |
Canis familiaris | Perro | 15 | 1 |
Ratus sp. | Rata europea | 40 | 4 |
Ctenomys sp, | Tucu tucu | 1 | 1 |
Gallus gallus | Gallina/gallo/pollo | 117 | 11 |
Nothura maculosa | Perdiz chica | 42 | 4 |
Rhynchotus rusfecens | Perdiz colorada | 11 | 3 |
Columba livia | Paloma | 18 | 2 |
Meleagris gallopavo | Pavo | 9 | 2 |
Anas sp. | Patos | 10 | 2 |
Bufo arhenarum | Sapo común | 1 | 1 |
.
FAMILIA | FRAGMENTOS |
Anatidae (patos/gansos) | 10 |
Tinamidae (perdices) | 2 |
Stringidae (lechuza) | 1 |
.
ORDEN | FRAGMENTOS |
Rodentia (roedores en general) | 3 |
.
CLASE | FRAGMENTOS |
Mammalia indet.(Mamíferos en general) | 9.144 |
Pez (peces en general) | 535 |
Ave (aves en general) | 205 |
Recordamos que NISP es el número de fragmentos reconocidos de un mismo animal. MNI es el número mínimo de ejemplares determinado sobre la base del NISP y el reconocimiento de lateralidad y edad en los huesos.
Se han identificado 10.761 huesos sobre un total de 18.396 lo que determina un reconocimiento del 58,5 %. Los restantes 7.635 son fragmentos o astillas a los cuales no se pudo asignar reconocimiento taxonómico a ningún nivel. Esto es habitual en los distintos sitios en los que hemos trabajado en la ciudad de Buenos Aires.
La presencia de un alto número de piezas de Mammalia indeterminada es debida a la fragmentación que impide reconocer piezas, ya que buena parte de los fragmentos corresponden a costillas, vértebras y diáfisis, que como sabemos son huesos que tienen un bajo valor diagnóstico para adjudicar a género y especie. Tanto es así que el porcentaje de estas piezas alcanza el 85,6 % de esos restos.
En cuanto al grado de conservación del material óseo se puede observar que sólo el 2,8 % sobre el total de 10.678 fragmentos, presenta evidencias de algún tipo de ataque táfico (Hesse y Wapnish 1985). Esto indica que el material en un alto porcentaje está en buen estado de conservación, incluso se han hallado escamas de peces aspecto que confirma el diagnóstico.
Lámina nº 3
Lámina nº 4
Conclusiones
Cabe destacar que a pesar de las distintas obras y ampliaciones que sufrió el Teatro a lo largo de su historia, esta estructura no fue perturbada desde su cierre (de acuerdo a las reglamentaciones municipales de fines del siglo XIX -principios del XX que obligaban a cegar los pozos ciegos y conectarse a la red cloacal).
Veamos ahora la funcionalidad de esta construcción: pertenece a lo que denominamos “pozo sanitario”, se trata de un pozo absorbente, comúnmente llamado ciego, que posee un orifico constructivo – desagüe de un albañal – a través del cual se verterían los desechos. Otro elemento en el que basamos esta afirmación, es la coloración pardo verdosa del sedimento adherido a las paredes.
Comparando sus dimensiones con las de otros casos estudiados, analizando principalmente su diámetro y el tamaño del desagüe del albañal, podemos aseverar que no se trata de una instalación para los desechos cloacales de una vivienda, ya que habitualmente esa tipología tiene un diámetro que varía entre los 0.80 y 1.10 m. Tampoco podría tratarse de un pozo común para todo el bloque de viviendas que se ubicaba en la esquina de Viamonte y Libertad, en ese caso su tamaño sería escaso para abastecer a todo el conjunto y por otra parte la dirección del albañal no se orienta hacia ese sector. Probablemente perteneció a alguna de las otras propiedades, que se observan en la Lámina nº 1.
Cuando el pozo fue inutilizado para su uso sanitario recibió materiales diversos, con lo cual pasó a tener otra funcionalidad, se utilizó como pozo de basura en su etapa final.
Este cambio de funcionalidad es habitual en pozos que tuvieron inicialmente otros usos. La literatura sobre el tema es conocida, como por ejemplo Noel Hume (1973), e incluso en Buenos Aires como se ha observado en varias excavaciones efectuadas Schavelzon (1988 y 2002), Schavelzon y De Paula (1992), Schavelzon y Malbrán (1997), Schavelzon y Silveira (1998).
Porqué sucedió esto, se presta a conjeturas, pero lo mas probable es que la construcción del Teatro Colón demandó la demolición de la vieja estación del ferrocarril, reutilizada para esa época, y de varias casas con frente a las calles Libertad, Viamonte y Cerrito.
Debemos plantearnos entonces si el material hallado en su interior fue de depositación primaria o secundaria, es decir si correspondió a algunas de las construcciones de la manzana o fue rellenado con material acarreado.
Los datos del análisis del material que hemos presentado, nos permiten dar una respuesta que indica, que una parte del material proviene de una depositación secundaria, mientras que la otra es primaria. Veamos el porqué de esta doble afirmación, los datos para la primera apreciación surgen de :
– el grado de fragmentación del material más frágil, como las lozas, gres, porcelana y vidrios indica que los mismos no provendrían de las viviendas que allí se situaban, sino que fue transportado desde otro sitio y depositado allí . Hay una amplia experiencia en los pozos de basura de Buenos Aires donde en los pozos que corresponden a casas de familias, buena parte de este material frágil se encuentra en trozos más grandes, e incluso pueden remontarse piezas enteras.
Para sostener que también fue primario poseemos los siguientes datos:
– las piletas halladas en grandes trozos, provendrían del área cercana al pozo.
– la botella entera de cerveza Bieckert.
– el material de construcción (tejas, mosaicos, ladrillos), el cual en buena parte provendría de la demolición de las viviendas o construcciones en la manzana o aledaños.
– fragmentos de metal de tamaño grande (caños, varillas).
– también la presencia de carbón y de escoria, constante a lo largo de todos los niveles, la atribuimos a la manzana del pozo y podrían provenir de la vieja estación, de trabajos de fragua en esa época o a la inmediata posterior.
– quizá un botón que tiene una marca que puede corresponder a un uniforme de changarín que pudo provenir de la vieja estación.
– una ficha de plomo de uso para sellar algún bulto que podría también relacionarse con la vieja estación.
Otra pregunta que nos planteamos, es de dónde procedieron los materiales que estimamos como secundarios. El material procesado indica que pertenecerían a desechos atribuibles a grupos sociales de poder adquisitivo medio a alto, aspecto que surge tanto de los “tipos” determinados –lozas, botellas de vidrio, pipas- como del material óseo, por la variedad de carnes rojas y aves de domésticas y de caza e incluso de edentados como la mulita y peludo, que determina una Conducta de Consumo (Henry 1991) precisamente de grupos como los mencionados más arriba.
En cuanto a la cronología, además de contar con los testimonios históricos ya comentados, algunos de los elementos hallados son indicadores cronológicos:
- una bacinilla de metal del nivel 12.
- una moneda de la República Argentina de 1887 del nivel 33.
- la botella de cerveza Bieckert de vidrio del nivel 40 (lámina Nº 10), con impreso en el vidrio.
También hay que destacar que el material no presenta variabilidad significativa a través de todos los niveles excavados. En resumen, todos estos vestigios culturales podrían atribuirse a un período que va del último tercio del siglo XIX a principios del XX. El análisis del material óseo coincide con estas apreciaciones. En efecto, los cortes que observamos son realizados con serrucho manual y en muy baja escala con eléctrico. Esto corroborado porque salvo un caso, no hay vértebras partidas por la mitad, típicas del corte de media res de la sierra eléctrica. Recordemos que el corte en media res es de las primeras décadas del siglo XX, lo que coincide con la cronología que indicaban los testimonios escritos, más los arqueológicos.
En definitiva este pozo estuvo abierto para depositar basura desde fines del siglo XIX hasta los primeros momentos del XX, no mucho más allá de la primera década. Recordemos que el Teatro Colón se inaugura en 1908, por lo que el pozo debió estar sellado en ese momento.
Teniendo en cuenta los usos que se le dieron a la estructura, la variedad y cantidad de material hallado, el sitio donde se encuentra “aún” emplazada (sin haber sido afectada por las obras de edificación del teatro, y sus ampliaciones), consideramos que hay tres aspectos que deseamos destacar:
1º) Que el estudio de la estructura de su forma, así como su comparación con otras estructuras sanitarias excavadas anteriormente en otros sitios de la ciudad, ha representado un valioso aporte para el conocimiento de esta tipología constructiva.
2º) Plantear porqué cambió su funcionalidad que lo terminó convirtiendo en un pozo de basura.
3º) El estudio de los materiales, además de resultar un ejercicio interesante para poder determinar sus características, planteó la necesidad de determinar indicadores de si los restos hallados son de depósitos primarios o secundarios. El más importante que surge es el grado de fragmentación y la posibilidad de remontaje.
Como fase final planteamos la posibilidad que esta estructura sea exhibida, que tanto los resultados de la presente investigación, como los objetos rescatados durante las excavaciones sean utilizados para el montaje de una exposición permanente y para la edición de una publicación referida a esta faceta inédita de la historia del Teatro Colón, considerando que en el año 2008 se cumplirá un siglo su existencia.
Agradecimientos
Queremos agradecer a todos los profesionales que de manera desinteresada y gratuita enriquecieron nuestro trabajo con sus valiosos aportes y a todos aquellos colaboradores tanto graduados, como estudiantes y voluntarios, ya que sin su ayuda no hubiese sido posible nuestra tarea. Son: Rosario Aguilera, Mario Carminati, Carlos Chiappe, Nora Godoy, Juan Pablo Marcellino, Abraham Mora, Enriqueta Ostrovich, Felicitas Picone, Federico Restifo, Nadia Sajkierwicz, Diana Waipan y arquitectas Verónica Benedet y Alfonsina Pais.
Lámina N° 5
Bibliografía
Caamaño, R. 1969. La Historia del Teatro Colón 1908-1968. Tomo I. Editorial Cinetea. Buenos Aires.
Casella de Calderón, E. 1991. Buenos Aires nos cuenta Nº 19. Plaza General Lavalle. Buenos Aires.
Catastro Beare 1865. Museo de la Ciudad. Buenos Aires.
Hesse, B; P. Wapnish. 1985. Animal Bone Archaeology. Manuals on Archaeology, 5. Taraxacum. U.S.A.
Schávelzon, D. 1991. Arqueología Histórica de Buenos Aires I. La cultura material porteña de los siglos XVIII y XIX. Editorial Corregidor. Buenos Aires.
Schávelzon, D. 1992. Arqueología Histórica de Buenos Aires II. Túneles y construcciones subterráneas. Editorial Corregidor. Buenos Aires.
Teatro Colón. 2001. Complejo Teatral, artístico y cultural. Editorial Tres. Buenos Aires.
Wilde, J.A. 1966. Buenos Aires desde 70 años atrás. Editorial Eudeba, Serie del Siglo y Medio. Buenos Aires.