«El pórtico central del cementerio de la Recoleta: estudio de su escalinata frontal»
El artículo «El pórtico central del cementerio de la Recoleta: estudio de su escalinata frontal» realizado por Daniel Schávelzon y su equipo de colaboradores fue un informe de excavación realizado el 31 de agosto de 2009 para la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Durante el desarrollo de las obras que se están haciendo en la plaza que enfrenta al cementerio de la Recoleta, se produjo una polémica referente a la decisión de igualar los niveles de acceso interior y exterior, incluyendo una rampa para discapacitados y otras obras en su entorno inmediato. Las decisiones se basaban, primero en que en el año 2003 se había levantado el nivel interior del cementerio al colocarse el nuevo piso, lo que había dejado los escalones antiguos debajo del piso; y que en época no determinada (hacia 1990) se había dejado un primer escalón bajo el nivel del asfalto que formaba la vereda. En similar decisión se trabajó en la parte frontal.
En base a esto fue que se generó una solicitud del Ministerio de Desarrollo Urbano a través de la Dirección General de Proyectos Urbanos y Arquitectura, para que la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico del GCBA, interviniera para estudiar con detalle la forma de esa escalinata en sus diversas épocas de existencia, sus cambios y alteraciones a lo largo de más de un siglo, y poder retrotraer la escalinata frontal a su forma y características originales.
Este peristilo o pórtico, Monumento Histórico Nacional declarado por Decreto 1289/07, es una de las obras más conocidas del arquitecto Juan Buschiazzo, completado en el año 1882. Su significación es de destacar ya que es el símbolo reconocido del cementerio y toda la zona.
Estado actual
Al iniciarse los estudios la escalera frontal había desaparecido en su casi totalidad debajo de un nuevo piso de baldosas graníticas en su mayor parte, en el extremo oeste se había construido una rampa de mármol blanco para el acceso de discapacitados; en ella era evidente que las alzadas era mármoles antiguos de Carrara blancos recortados, mientras que la parte superior era de placas nuevas. Únicamente había quedado entero un sector de cerca de 1.50 metros de ancho ubicado centralmente, porque allí estaba la rampa para discapacitados hecha de hierro, que lo cubría.
Acciones emprendidas
Siendo evidente que el piso actual cubría al menos dos escalones, de los que dijimos que una parte estaba a la vista al igual que el extremo este que en su parte entrante aun estaba en su lugar aunque roto, se decidió levantar un sector de las baldosas de cemento recientes. Se procedió a hacerlo en un área de unos 8 metros de largo por 2 de ancho, para no quitar la rampa de acceso actual, lo que hubiera generado problemas de acceso de todo tipo.
Al levantarse ese piso se encontró un contrapiso de cal, fragmentos de ladrillos, mármoles quebrados de los escalones, plástico y objetos actuales diversos lo que fue extraído hasta llegar al nivel anterior, el asfalto que cubría la vereda. Llegándose así a unos 45 cm del nivel inicial. Se limpió ese nivel dejando así a la vista la marca en mampostería de dos escalones todo a lo largo, que daban la vuelta en el remate del lado este (y suponemos que en el oeste será igual). Se estudiaron todos los fragmentos de mármol encontrados entendiendo que las alzadas eran más gruesas que las pedadas y tenían su terminación curva. Esto permite identificar los que fueron repuestos ya antiguamente, como se ve en un caso del sector que quedó intacto, donde se nota que hubo arreglos. Las dimensiones generales pueden verse en los dibujos anexos.
El paso siguiente fue retirar la capa de asfalto que formaba la vieja vereda y su contrapiso, liberando así otros 40 cm de profundidad. Esto mostró de inmediato que existía otro escalón de mármol que estaba enterrado en esa ocasión (1990?). Esa alzada, al ser limpiada (ya que conservó el recubrimiento de mármol en toda su extensión), mostraba la existencia de un contrapiso de cal y arena, sobre éste las evidencias de un piso del que nada se pudo identificar. Únicamente se encontró que en toda su extensión había pigmentación roja de derrite, posiblemente usado para teñir el piso antiguo.
En el extremo este, en fecha reciente, se colocó una caja de electricidad en el piso y la pared, que rompió los extremos de la escalinata y los escalones. Puede verse en las fotos que si se la hubiera colocado sólo unos centímetros hacia el este se hubiera evitado esta terrible situación. Los mármoles rotos en ese sector quedaron a la vista ya que no los cubría el nuevo nivel.
El piso original de 1883 no pudo ser identificado, como dijimos, ya que el cableado que, viniendo de esa caja, pasa por delante de los escalones, rompió cualquier evidencia que hubiera podido haber, ya que se lo hizo pegado al cimiento.
Al ampliarse la excavación en su ancho, para tratar de encontrar un sector no alterado que nos permitiera ver bien los cimientos o incluso más abajo aun, se encontró enterrado un sistema pluvial de grandes dimensiones, con dos cajas de mampostería y caños de 35 cm de diámetro en dos lados y un albañal cuadrado en el tercero. Es evidente que sacaba el agua del interior hacia la barranca y es posible que aun funcione.
La cimentación del pórtico está intacta, es una capa de rellenos de mampostería con cal de unos 15 cm colocada sobre una hilada de ladrillos de 5 cm de espesor y 35 de largo; suponemos que debe continuar aumentando en sus dimensiones a medida que la escalera sube hacia el interior del peristilo.
Por debajo se encontró el suelo original del sitio, la llamada tosca, suelo antiguo sin intervención humana, limpio, arcilloso, si restos culturales al menos en el sector en que pudo ser estudiado. Es decir que al hacerse el pórtico se niveló el sector hacia abajo –recordemos que el desnivel es fuerte en es sitio-, rebajando el terreno para darle horizontalidad, de ahí la falta de niveles de ocupación previos a la construcción de la entrada al cementerio.
Algunas observaciones de detalles
Al analizar los fragmentos de mármol rotos se encontraron algunos detalles interesantes, en especial una alzada que, por ser del extremo, mostró que estaba terminado de forma ligeramente redondeada, con un ángulo recto. Asimismo que las alzadas y pedadas no eran de mismo grosor ya que no tienen que resistir el mismo tipo de esfuerzos mecánicos. Como puede verse en la foto uno de los fragmentos recuperados dice Recoleta en letra grasa color rojo, posiblemente una inscripción del cargamento original traído de Italia.
Con todos los materiales recuperados se está cumpliendo con el Registro que indica la Ley 27.543 y su inscripción por el Gobierno de la Ciudad.
El objeto de este trabajo de estudio arqueológico es brindar algunas sugerencias para que se tomen en consideración durante la restauración de la escalinata.
- Rehacer la escalera hasta el escalón antiguo, no importando que haya sido enterrado en una nivelación anterior, para darle al peristilo la verdadera prestancia y proporción que imaginó Buschiazzo.
- Usar en el escalón más antiguo los mármoles que aun están en su sitio.
- Ubicar el piso nuevo al nivel del antiguo, encima del fragmento de contrapiso que se observa actualmente.
- Reusar los escalones que se sacaron enteros que están en el obrador o los fragmentos de grandes dimensiones en la medida de lo posible.
- A los mármoles que sea necesario reemplazar por nuevos, que se le coloque la fecha (2009) en la cara inferior
- Que se usen mármoles de Carrara antiguos, que el cementerio tiene guardados en depósito, en la medida de lo posible, para no variar tanto el color y el pulido.
- Asumir que el pórtico es antiguo y es un monumento, y que no tuvo en origen rampa para discapacitados. Si bien es necesario hacer una -obviamente- esta debe ser de madera dura colocada encima de la antigua, mostrando claramente que es una obra moderna, lo más modesta posible, que no compita con el monumento.
- Observar que los mármoles sean pegados con cal y NO con pegamentos o con Klaucol, que producen roturas en pocos años (ver fotos); la cal debe ser distribuida en toda la base del mármol en forma pareja, sin ahorros absurdos de material.
- Observar que debajo del contrapiso no se coloque tierra como el anterior (ver fotos), ya que el agua de lluvia o las filtraciones lo van a lavar en poco tiempo.
Agradecimientos
Este estudio se hizo bajo la responsabilidad de la licenciada Mónica Carminati, con la colaboración de Patricia Frazzi, Ulises Camino, Maribel Blanco y Aladana Barba, a los inspectores de obra Adriana Fuya y Carlos García Delgado, y especialmente al Dr. Carlos Francavillla director del cementerio y a la empresa Cunumi S. A. responsable de los trabajos en la plaza.
Nota aclaratoria
El informe de excavación “El pórtico central del cementerio de la Recoleta: estudio de su escalinata frontal” ha sido realizado por Daniel Schávelzon y colaboradores en Buenos Aires, el 31 de agosto de 2009 y ha sido presentado a la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.