Instructivo para las recensiones

Se considera que una recensión- redactada para su publicación en la revista “Anales” del IAA- consiste en un comentario crítico sobre una obra literaria determinada.

El Diccionario de la Real Academia Española da las siguientes acepciones del término.

1. f. Noticia o reseña de una obra literaria o científica.

2. f. Ecd. Estudio y jerarquización de los testimonios de una tradición textual.

Así, podríamos reconocer a la recensión como género particular, en su doble atributo de noticia sobre una obra y, a la vez, estudio crítico. Si bien pueden admitirse algunas variantes, se sugieren las siguientes normas para recensiones en los Anales del IAA:

En primer lugar, encabezar el texto con un título breve e intencionado, que sintetice el contenido del comentario.

Luego seguirá la ficha con los datos completos de la publicación.

Finalmente la recensión propiamente dicha. Sobre ésta se hará una descripción de la estructura general en cuanto haya secciones, ítems o capítulos, y según se trate de una revista, un artículo o un libro completo.

A continuación se deben enumerar los aspectos salientes que, a juicio del autor de la recensión, merezca la obra, siempre presentando los puntos negativos antecedidos de los positivos. Es importante también establecer el contexto institucional y, si cabe, intelectual de la publicación.

La extensión recomendada es de entre 600 y 800 palabras, en programa Word y tipografía Times New Roman en cuerpo 12, sin otros formatos (negrita, cursiva, etc.)

En general, las recensiones deben dar cuenta de publicaciones o trabajos recientes, entendiendo como tales los que llevan no más de dos años de su publicación.

No obstante, podría justificarse la recensión de trabajos de más antigua data. Un ejemplo clásico son los estudios que previamente no hubieran sido traducido al castellano. En estos casos, a la ficha básica se agregará el título en idioma original, la editorial y ciudad de la primera edición, y el traductor de la versión castellana.

A continuación, y a manera de ejemplo, se transcribe una recensión breve

Indicios y evidencias del futuro latinoamericano 

Amílcar Herrera y otros, Las nuevas tecnologías y el futuro de América Latina: riesgos y oportunidad, Siglo Veintiuno Editores y Editorial de la Universidad de las Naciones Unidas, México DF, 1994, 358 páginas.

La prospectiva como ciencia -y permítase adjudicar esta categoría- tiene ilustres representantes en el ámbito latinoamericano. Más allá de que se la defina como la “ciencia de la predicción”, y que en algún imaginario se la vincule con los oráculos o la astrología, los métodos desarrollados se basan en sólidos análisis de series estadísticas, cruzadas con infinidad de información originada en documentos de diversos campos del conocimiento humano. La caracterización de las tendencias actuales, así como las potencialidades y limitaciones de los escenarios futuros en que se desarrollará la civilización conforman el objetivo a alcanzar. Nada menos.    

Entre 1984 y 1990, la Universidad de la Naciones Unidas (UNU) -a la que más tarde se unió el International Development Research Centre (IDRC) de Canadá- dieron apoyo financiero para la ejecución de un proyecto denominado Prospectiva Tecnológica de América Latina. Los estudios fueron coordinados por Amílcar Herrera y se desarrollaron en varias áreas temáticas o disciplinares, originando cerca de ciento cincuenta documentos producidos por investigadores de Venezuela, México, Brasil y Argentina.

El libro que nos ocupa presenta la síntesis y selección de aquellos trabajos y contó entre sus autores, además del coordinador general del proyecto, a Leonel Corona, Renato Dagnino, André Furtado, Gilberto Gallopín, Pablo Gutman y Hebe Vessuri. El análisis de las innovaciones tecnológicas, vistas desde varios ángulos y referidas a un “horizonte temporal de largo plazo”, según aclaró Herrera en la introducción, definen el eje principal del volumen.

Para organizar la publicación se eligió una estructura simple de ocho capítulos divididos en tres secciones. Cada una de ellas comienza con una introducción particular y cada capítulo (con sus referencias bibliográficas propias) posee una primera parte de diagnóstico, y una segunda parte donde se incluyen las hipótesis en que se basa la “prospectiva aplicada”. Esta información adquiere especial relevancia a la luz del objeto esencial del libro, es decir la generación de modelos y propuestas que permitan revertir o por lo menos mitigar los peores efectos de los cambios y potenciar aquellos elementos juzgados como positivos por los autores.

La primera sección (“Un mundo en transformación. Riesgo y oportunidad”) contiene la inevitable contextualización de la región latinoamericana dentro de la “aldea global”. La pobreza, el medio ambiente y la constitución eminentemente urbana de nuestros países son los temas principales preanunciados en los capítulos primero, denominado “Un mundo en transformación” y segundo, “La nueva sociedad”, que luego serán retomados y desarrollados en las páginas siguientes. Se incluye, además, un revisión la escuelas y las metodologías más importantes que apuntan a la construcción del futuro.

A “La estrategia socioeconómica”, a “La dimensión ambiental” y a “La dimensión urbana” se dedican los capítulos tercero, cuarto y quinto, respectivamente, integrantes de la segunda sección titulada “La nueva estrategia de desarrollo de América Latina”. Si bien los tres temas mencionados presentan códigos propios en los análisis y en la elaboración de tendencias, manifiestan partes de un todo inseparable. Diferentes formas de aproximación para transmitir la viabilidad (o no) de la sociedad latinoamericana dentro de dos o tres décadas, sociedad que posee el mayor grado de urbanización promedio del mundo y que se ve enfrentada a un nuevo paradigma tecnoeconómico, que a la vez sea ambientalmente sostenible. 

La tercera y última sección se dedica a formular los lineamientos principales de la “La estrategia científica y tecnológica” elaborada por los autores, tendiente a “crear sistemas de investigación y desarrollo nacionales o regionales de nivel, diversificación y flexibilidad comparables a los sistemas de los países desarrollados, a la vez de “satisfacer la demanda de investigación y desarrollo de la estrategia socioeconómica del período de transición a la nueva sociedad”. El marco de referencia principal de estos objetivos, indicados en la introducción de la sección, se define en los capítulos sexto (“La capacidad de investigación y desarrollo de América Latina”), séptimo (“Investigación y desarrollo y capacidad de innovación”) y octavo (“Las nuevas tecnologías”).

Resultaría ocioso señalar el tipo de lector a quien esta dirigida la publicación, ya que el tema posee una relevancia tal que nadie interesado por las perspectivas futuras de nuestras naciones debería dejar de leerlo. Si embargo, aparece como de lectura obligada para todos aquellos integrantes de los ámbitos de decisión política que tengan interés en planificar, organizar y desarrollar las cuestiones vitales de la sociedad que les toca presidir. Y en este sentido, muchas veces podría vincularse a la prospectiva, no ya con oráculos o predicciones astrológicas, sino directamente con la magia.